sábado, 24 de mayo de 2014

poesía nº 144



Siempre fuiste cenicienta
a las doce de la noche;
el zapato no fue tuyo
ni la calabaza un coche.
No hubo príncipes que te
despertasen con un beso,
ni enanos que te cantasen;
nunca hubo nada de eso.
El lobo te comió
destrozándote la casa,
el ladrillo era cartón
y la madera era paja.
Tu vida fue una fábula,
un cuento mal contado.
Tuviste un error: nacer
en el lado equivocado.

2 comentarios: