viernes, 30 de octubre de 2015

citas célebres (252)

Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño.

Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.
Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.

La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.
Jacinto Benavente (1866-1954) Dramaturgo español.

miércoles, 28 de octubre de 2015

La distancia

A veces no te contesto para no estar pensando todo el tiempo en ti, porque podría estar todo el día escribiéndote. Al fin y al cabo, no quiero pensar en alguien que está a 2000 kilómetros de aquí. Sin embargo, estoy mirando el mapamundi y parece que estás cerca. Sé lo que es la distancia y no me gusta... Y sé, que si estuvieras cerca, no te escaparías de mis brazos.
Espero que en este preciso instante estés teniendo el más feliz de los sueños. Ayer me decías que tenías miedo de no verme. No tengas miedo, me verás, porque no me quiero morir sin volver a verte, sin volver a abrazarte, y sin volver a ver tu sonrisa mientras me besas. De lo demás, no sé nada. El futuro decidirá qué a de pasar. Mientras tanto, que sepas que mis manos, mis labios, mi cuerpo entero y mi pensamiento te pertenecen.
Y mañana con el nuevo sol ya veremos qué pasa. Bonne nuit, ma cherie.

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Buenos días. Me desperté durante la noche para ir al baño. Descubrí tu mensaje, así que la segunda parte de mi sueño fue un sueño real. Te sentí cerca de mí hasta volver a dormir en tus brazos.
Entiendo perfectamente lo que me dices. Sé también lo que es la distancia. Pero sé también lo que es estar sola, no tener a nadie a quien querer y no sentirse querida. Sin estos sentimientos no me siento vivir. Me siento simplemente pasar la vida.
Necesito escribirte porque provocas sentimientos de cariño, de ternura, de deseos y de amor, aunque es doloroso porque al fin y al cabo estamos lejos. Pero prefiero sentir este dolor que el dolor del vacío.

El barreiros de mi pueblo

¿A alguien una risa le trajo alguna vez un recuerdo? Todo nos trae recuerdos, una fecha, un color, un perfume, una palabra y por supuesto una canción. Todo tiene su poder de evocación.

El titulo de la columna de hoy viene de un tipo de mi pueblo que era conocido por su forma de reírse, que por lo visto se asemejaba al motor de los míticos tractores Barreiros. Yo me acuerdo de él por eso, de hecho, nunca supe cómo se llamaba.

Creo que a él le gustaba su risa, porque se reía mucho, aunque como al motor, al principio le costaba. Después cogía velocidad crucero y se pasaba un rato. No solo yo, todo el pueblo le conocía como el Barreiros.

Después con los años he visto que todo nos puede categorizar, etiquetar, clasificar. Incluso la risa. “Dime cómo te ríes y me mostrarás cómo calzas”. Porque en la risa proyectamos parte de nuestra forma de ser, de vivir. Y cada uno tenemos nuestra propia forma de reírnos.

Categorizar, etiquetar, clasificar… ¿Cómo se ríen los malos?, ¿cómo se ríen los ancianos? ¿Y los cultos, y los analfabetos? Si nos ponemos a caracterizarlos con una risa, el resultado podría parecer sorprendente por lo similares entre ellos. Nos hemos formado una idea de cómo se tiene que reír un malo, porque dentro de sus características una de ellas es esa risa maligna. Esto puede llegar a sorprender, especialmente, cuando por primera vez en tu vida ves cómo una persona de risa limpia y cristalina, pura, te clava un puñal por la espalda. A mí me pasó (metafóricamente), pero aprendí que la risa también tiene sus convencionalismos, y que es importante conocerlos.

Parecerá estúpido, pero para subir en la escala social un determinado tipo de risa puede ayudar a alcanzar una mayor cima. Porque los que están arriba ríen diferente que los que están abajo. O quizás se ríen igual, pero de forma distinta. El caso es que de la misma manera que la vestimenta esboza un rol, la risa también lo “viste” y lo perfila.

A mí, personalmente, la risa que más me gusta es la risa sincera. Esa risa que le sale a uno del alma y le parte el pecho de alegría y diversión. Porque la risa que no es sincera se percibe, uno recibe la impresión de que algo no encaja exactamente, una impresión que raspa. Hay que tener cuidado con la risa que no es sincera. Es preferible no reírse, que por no reírse tampoco pasa nada.

He comenzado preguntando por si a alguien la risa le trajo algún recuerdo alguna vez. Y pensando y recordando me he dado cuenta que tengo pocos recuerdos de risas, y aún menos risas que me hayan recordado alguna vez otro momento. Claro, con una canción es más fácil, la oyes muchas veces, y un estimulo hace saltar el resorte recordatorio. Sin embargo, con la risa es más complicado, porque el estímulo raramente está y no hace saltar ningún resorte.

Por eso quizás nos ponemos nostálgicos recordando la risa, porque no la podemos llegar a recordar, nos acordamos de cómo se reía la abuela, un amigo, pero no la risa exactamente. Queremos recordar y nos acordamos de su cara, de su ropa, de su sonrisa, pero de su risa y su perfume no.
Por eso la nostalgia, y porque la risa lleva implícito un momento culminante. Toda risa es un momento culminante, el propio cuerpo realiza una metamorfosis para adaptarlo a ese instante de exaltación. Raro es un recuerdo donde la risa y la tristeza vayan juntas. A todos nos gusta reír.
Sin embargo la sociedad premia cada vez menos la risa, no parece productiva ni responsable, no parece eficiente. Y la risa sí puede ser eficiente. De hecho, creo que una dosis adecuada de risas al día provoca un mayor rendimiento laboral y personal. Si el ambiente laboral es más distendido, y la realización de la tarea no se ve perjudicada por esta distensión, el resultado mejora. Yo mismo he tenido trabajos de por sí algo penosos, pero el ambiente de trabajo hacía más llevadero ese esfuerzo físico.

En definitiva, debemos reírnos más. La risa no solo es eso que suena en las series norteamericanas cuando alguien suelta una gracia. Debe salir del corazón para el corazón, y debemos considerar la risa un bien preciado que está ahí para hacer nuestra vida más llevadera y agradable.
Creo que el Barreiros no era muy listo. Además, era algo feo. Me parece que no escaló mucho en la vida, y ni siquiera sé si era o fue feliz. Solo me acuerdo de su risa. De lo que sí estoy seguro, que cuando se reía, se reía con ganas, y que en ese momento, a todos los que estábamos allí nos daba un poco de envidia su felicidad espontánea.

domingo, 25 de octubre de 2015

poesía nº 81

Despierta, abre los ojos
y mira a tu alrededor.
¿Qué ves? Seguro que nada,
la realidad es lo peor.
Duerme, cierra los ojos
y sueña con tu amor.
¿Qué ves? Seguro que nada,
tu sueño no es lo mejor.
Suspira, si quieres, que al
final la vida es sudor,
nada más, que para ver
hay que sufrir el dolor.

sábado, 24 de octubre de 2015

El humor con elegancia

Todos deseamos. ¿El qué? Cada uno tendrá sus preferencias… como dicen en mi tierra, cada loco con su tema. Pero es curioso, casi todos preferimos los chicos o las chicas guapas, los ferraris y los mercedes, los billetes grandes y con muchos ceros que los que no tienen ninguno. Es decir, y qué casualidad, al final, dentro de nuestra propia individualidad, casi todos deseamos lo mismo.

Del mismo modo, y aunque muchos lo neguemos a veces, la opinión de los demás sí nos importa, sí que realizamos determinados comportamientos con el fin de que los demás nos den su aprobación. Y aún más todavía, esa aprobación nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos. Siempre es más agradable recibir una alabanza que una crítica, aunque quizá la alabanza no nos beneficie y la crítica nos ayude a avanzar.

Decía William M.Thackeray que “el buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad”. Yo, personalmente, no lo sé, porque no soy modisto, pero sí que pienso que es un traje lo suficientemente atractivo para que los que te rodean se fijen en él.

Thackeray tenía razón, creo. Sin embargo, se olvidó de definir eso de “el buen humor”. ¿Qué es eso del “buen humor”? ¿Estar contento, alegre? ¿O se refería a otra cosa?

Según mi criterio, se refería a humor de calidad, porque lo bueno suele ser de calidad. Y esto nos lleva a otra pregunta… ¿qué es humor de calidad? Seguramente ese humor que nos hace reír mucho, a carcajada suelta, cascadas de risas. Vamos, que es muy gracioso.

Hasta ahí, creo que todo es perfectamente lógico. No obstante, quiero recalcar otro aspecto, para mí, fundamental. Y es la elegancia. Porque existe mucho humor muy gracioso, pero que muchas veces cae en lo cutre, en lo chabacano. Que te hace gracia a costa de los demás, a costa de mofarte del que no se puede defender, del que se cae y se rompe la pierna por tres partes, y después ¡mala suerte! se le cae un jarrón encima porque al intentar levantarse ha tirado una columna de mármol que lucía en el hall. Eso tiene gracia en una película, pero si te pasa a ti, o a tu madre, ya no te ríes tanto, y es más, te fastidia que se rían los demás.

El humor elegante es aquel humor que consigue hacer reír, o por lo menos sonreír, sin necesidad de elementos negativos que caigan en el mal gusto, en el chiste fácil. Es aquel que demuestra inteligencia, porque la inteligencia es respetada por la gente inteligente; es aquel que al que lo recibe, lo escucha o lo ve, le hace sentirse mejor y más valorado, rebotando, proyectando, esa sensación de bienestar hacia quien la produce.
No es buen conversador quien habla bien sino quien escucha mejor, ni mejor amigo quien te da un buen consejo sino quien acepta tu decisión. Digo esto porque a todos nos encanta sentirnos el centro del mundo (¿acaso yo no soy el centro de mi mundo…?). Sin embargo, el humor elegante es el que da lugar a que el que lo recibe se sienta ¡él! el centro, el eje principal, porque el protagonista es quien lo recibe, no quien lo realiza.
Mucho podríamos hablar de todo esto. Yo, simplemente, quiero lanzarlo como reflexión de un calado mayor, más importante: ¿Se puede mejorar la sociedad con un humor más respetuoso, menos estereotipado, más educador? Al fin y al cabo, el humor solo es un producto social, un reflejo de la sociedad donde se desarrolla. Y es que cuando hacemos la gracia o nos reímos de la gracia, proyectamos un tipo de sociedad determinado. ¿Y es ésa la sociedad que queremos?

viernes, 23 de octubre de 2015

citas célebres (251)

Las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras.
Anónimo

Hay que evitar el combate en lugar de vencer en él. Hay triunfos que empobrecen al vencido, pero no enriquecen al vencedor.
Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931) Periodista, ensayista y poeta uruguayo.

El primer día de la primavera es una cosa y el primer día primaveral, otra diferente. Frecuentemente la diferencia entre ellas es más de un mes.
Henry Van Dyke (1852-1933) Escritor estadounidense.

jueves, 22 de octubre de 2015

poesía nº 108

Se remansa el cielo en tus ojos claros
y al mirarme en ellos remonta el vuelo
mi ilusión. Son mi espejo de alegría.
Son la luna llena donde me desvelo.
No respiro, no vivo, no acalla
la rota voz que se ahoga en mi interior.
Lo siento y no lo entiendo. Se me aferra
al desvivir y se muere en tu amor.
Llévame contigo, al infinito,
lejos, lejos, hasta el amanecer,
hasta la nada del día moribundo
y allí poder llegar a ser tu ser.
Llévame a la cara oculta del sol
y allí desnuda mi piel, beso a beso,
labio con labio, sueño con un alma,
con estrella iluminada y amor preso.
Pinta mi pensamiento en tus sueños,
imagina, adivina su figura,
¿Sabes que es? ¿Acaso una utopía?
¡No!... una isla peregrina en tu hermosura.

lunes, 19 de octubre de 2015

poesía nº 293

La duda del amor.
De mi amor.
El sueño eterno de mi esperanza.
El dolor de una incertidumbre pasajera
que sobrecoge
por la ignorancia de su duración,
que hace vacilar el paso del caminante
hacia su meta deseada.
La duda del amor.
De mi amor.
El horror a pensar
que uno pueda equivocarse en la elección
realizada con el corazón
para el corazón.
Toda mi vida en un puño,
y el puño escribiendo con temor
a perder la fe en la idea imaginada.
No quiero equivocarme
Porque no quiero dejar de quererte.
No quiero perderte
porque sin ti
soy una moneda de una sola cara.
La duda razonable
(de razón)
que enquista mi pensamiento.
La flor de mi voz que crece en primavera.
Mañana me levantaré temprano
y me marcharé
caminando donde brilla el sol;
tú verás el rayo que guía el paso,
y si quieres me encontrarás
en el lugar donde
tú y yo
seremos las personas más felices de este mundo.
Maldigo la opción
del perturbable pensamiento existencial.
Y mientras te echo de menos,
pienso esta hermosa tarde de inescrutable destino
en el designio de tu voluntad.
Todavía te quiero
con la fuerza del creyente en Dios.
Todavía te quiero.
Todavía te espero paciente.
Todavía pienso en dos.

jueves, 15 de octubre de 2015

Ahora ya da todo igual... pero era tan dulce tu querer...

A veces pienso que no estuve a la altura. Sin embargo, ese sentimiento no me ofende. Sé que es verdad. De todas maneras, poco importa. Si el tren pasó como pasa el viento a través de estas calles, o el tiempo sobre mi alma, que más da. El pasado es lo que no vuelve.

¿Pude haber estado a la altura? Sinceramente, y a largo plazo, no lo creo. No creo que hubiese podido negarme a mí mismo eternamente. No creo que todo esto fuese un error. Todo sucedió, todo pasó, porque tenía que pasar. Porque no puedes decir no al amor antes de empezar a amar como yo te he llegado a amar, a querer. Y sin embargo, los chispazos no pueden encender una hoguera permanentemente. Es necesario más combustible, más madera a la caldera, más constancia en medio del deseo, y más deseo en medio de la constancia.

Da tanta pena... ¿verdad? Que ni lo pienso. Mi cabeza todavía me permite eso, no escuchar al corazón por no terminarlo de rematar. Por no clavar más pequeños alfileres y evitar afiladas estacas, miro al sol radiante que indica dónde hay que mirar, donde está el punto de salida.

¡Me equivoqué tanto! ¡Y tantas veces! Que sólo esta ecuación me da como resultado que no había otra opción según estas premisas. Sólo el error era posible porque el problema estaba mal planteado. Ahora ya casi da igual. Y es ese casi el que todavía me preocupa, me inquieta y da esperanza, sabiendo de antemano que solo conducirá a la misma equivocación. Pero era tan dulce tu querer...

miércoles, 14 de octubre de 2015

citas célebres (250)

El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas.
Goethe (1749-1832) Poeta y dramaturgo alemán.

Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida.
San Agustín (354-430) Obispo y filósofo.

Cuando alguien te lame las suelas de los zapatos, colócale el pie encima antes de que comience a morderte.
Paul Valéry (1871-1945) Escritor francés.

poesía nº109

El día en que yo me muera

¿Quién se acordará de mí?

Tal vez nadie, tal vez ni haya vivido,

tal vez siquiera existí.

La tierra en que yo descanse

¿Tendrá flor para lucir?

¿Tendré tierra de descanso siquiera?

¿Primavera en que morir?

Ya no exijo nada... paz,

tal vez, sueños que sentir;

no pretendo gloria, tampoco dioses,

ni algo, ni nada... dormir.

Son tus ojos mi desvelo,

es mi vida tu vivir,

el día en que yo muera vagabundo...

¿Te acordarás tú de mí?

lunes, 12 de octubre de 2015

El recuerdo (Letra U)

Tú, adulado individuo, que intuyes que yo, ululante bulbul bululú fufurufo de burucas aturulladas, nunca busco ningún unicornio sin cuerno, aunque continúo escudriñando unicornios, construyes un tumulto de augurios en mi testuz. Augurios no obstante perpetuamente mudables, que vienen y van, que acuden o se ausentan. Un futuro suspirado, y a veces, incluso cumplido.

Pero no preludiemos sucesos, que ahorita nos incumbe murmurar sobre la letra U. ¡Ufff! Después de tanta literatura y tarantela, aún la U... La última vocal, seguramente la menos utilizada, como esos calzoncillos blancos de pana que te adjudicó el abuelo como usufructo para uso y disfrute y que te hacen menos seductor. ¡Menuda muda! ¡Menudo munúsculo!¡Y que crucifixión!

Una vocal única, peculiar, exclusiva. Muy, muy amigable, que tan rauda y presurosa se junta con la Q que se achucha con la G, o se enchufa unos puntitos por capucha. ¡Qué vergüenza! ¡Y que mala educación!

U. U. Borriquito como tú. Tururú. Más sabe el urogallo por dar el callo que el estúpido por vudú. Siempre con tu uniforme en el cielo azul, sumergible en el mar alemán. Siempre anglosajonamente tú. Lugar de encuentro de skaters y tribus urbanas, de bobsleigh, de ríos y afluentes entre cumbres y montañas. Sucusumucu, la U nos une con la O cuando discutimos una disyuntiva u otra elucidación.

La U con su matiz de jurutungo, de lugar lejano, donde se acurrucan los sucesos que ocurrieron en nuestro yo antiguo. Yo y tú. Aún siempre queda el recuerdo.

Recordar, de re-cordis. Volver a pasar por el corazón. Pero... ¿Por qué suspiramos por ese reencuentro en nuestra aurícula? Con alguna sin duda; mas ¿Querríamos volver al conjunto de todos aquellos que nos hemos cruzado por la vida? En un todo o nada ¿merecería la pena, o sería una condena?

Con todo, y como hijo de molinero, sé que agua pasada no mueve molino, aunque te puede dejar mohíno. Entonces... ¿para qué musitar, susurrar, hurgar en un pasado tan burujón y manipulado? Quiźas ilusionando ensueños camuflen zurullos, unos que fecunden, y otros, pá capullos.

En una existencia de duración determinada, de numerus clausus, de humanidad caduca, quiero construirme un cuento absoluto, una circunstancia nueva cada crepúsculo, el descubrimiento augusto que transfigure mi bautizo vivencial en un universo cum laude.

Bien lo expuso quien lo puso: Buen juicio tiene quien no retiene, porque en la tumba, además de nutrir gusano, no se zumba, ni siquiera con la mano. Todo lo ocurrido ya no vuelve, como mucho transmuta, evoluciona.
Pero era tan suave y dulce el azúcar de sus labios...

Redescubramos con entusiamo atributos triturados por la actualidad, chupachups, ángulos obtusos, tutús, zulús, cucús, duunviros. Lo que supongamos más oportuno. Pero nunca ultrajes. Por favor, ultrajes, no. Junto con los usureros y los buñuelos de chihuahua, los ultrajes es lo que más repudio en el mundo.

De aquí a ahí. Durar hasta morir. Allí donde os ubiqueis, mi brújula apunta hacia vosotros. Porque muchos sujetos sumamos mazo. Tanto, que nos apeñuscamos a capazo.

citas célebres (249)

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender.
Arturo Graf (1848-1913) Escritor y poeta italiano.

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.

domingo, 11 de octubre de 2015

poesía nº 135

No dirás que agotada la pasión
No quedó la esperanza sola e inquieta,
Arrastrando penas entre los barros,
Llorando lúgubre, pálida, muerta,
Sin féretro donde ser enterrada,
Ni lugar donde enterrar bajo tierra.
Hoy fue el día. Lo supe al ver la lágrima
Sobre tu mejilla descender trémula.
No hace falta que digas nada, lo
Sé todo. Fue por soñar despierta,
Por pensar que tú serías la dama
Que habría de convertirse en princesa,
Por creer que merecías algo más
Que ser solamente mi compañera.
No soy mucho, eso es verdad, pero
Soy algo más que nada, que una leña
Que se pueda quemar para pasar
El invierno cerca de una hoguera.
No digas nada. Lo sé todo. Hoy
Fue el día de la muerte de mi estrella.
Ya no hay sitio para mí en el cielo,
Solo en la luna de los que esperan
Caídos la llamada de la noche,
Para que surja rápida y nos vea
Mutilados de nuestra esperanza,
Que de tanto llorar se volvió negra.
No digas después que nunca quisiste
Ser una hermosa y altiva princesa;
Que por equivocar tu sueño diste
Muerte al mío y también a mi estrella;
Que por adorar tu sueño no vistes
El mío, que eras tú en toda tu grandeza.
Quisiste ser princesa y no fuiste
Nada. Por lo menos conmigo cerca
Hubieses tenido un siervo fiel
Y el amante sumiso que te quiera;
Y yo la princesa que hubieses sido
Si hubieses sido mi compañera.

sábado, 10 de octubre de 2015

citas célebres (248)

La pena de muerte es signo peculiar de la barbarie.
Victor Hugo (1802-1885) Novelista francés.

Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.
Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.

La ciencia no es sino una perversión de sí misma a menos que tenga como objetivo final el mejoramiento de la humanidad.
Nikola Tesla (1856-1943) Físico, matemático e ingeniero eléctrico serbio

jueves, 8 de octubre de 2015

citas célebres (247)

Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.

Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.

Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.

martes, 6 de octubre de 2015

poesía nº 333

SOMOS

Yo sé que tú no sabes,
Y tú no sabes que yo no sé.
No sabes;
No te siento,
No te huelo.
Ya casi ni te veo.
A veces te oigo,
Y otras incluso te escucho.
Tú, en tu estado,
Yo, en el mío.
Cada uno por su lado,
Y sin embargo,
Los dos en un solo destino.
Siento cómo soy tú.
Los dos somos lo mismo.
Te respetaré y cuidaré
En la salud y en la enfermedad,
En la riqueza y en la pobreza,
En lo bueno y en lo malo,
En lo divino y lo profano,
En invierno y en verano,
Hasta que la muerte nos separe
Y nos una el planeta en un átomo.

chistes (232)

- Mi amor, estoy embarazada. ¿Qué te gustaría que fuera?
- ¿Una broma?.

Dos amigos hablando:
- ¿Oye, cómo se escribe nariz en inglés?
– NOSE
- ¿Tú tampoco?. Jo, nadie lo sabe...

- Mamá, mamá; papá quiere tirarse de la azotea.
- Dile a tu padre que lo que le he puesto son dos cuernos, no dos alas.

viernes, 2 de octubre de 2015

poesía nº 113

Gigantes de piedra,
Titanes de roca.
Mi corazón mutilado
Se llevó la derrota.
Sueño de infancia
Muerto, ya no ríe, llora.
Él fue como la brisa,
Que llega y luego se va, sola.
Gigantes de piedra,
Titanes de roca.
¿Por qué mi esperanza yermó
Y mi ilusión, vacía, terminó loca?
Se mudaron lejos,
Y en un pozo seco moran,
Pensando que tal vez
La vida sea otra cosa.
Gigantes de piedra,
Titanes de roca.
Habréis ganado una batalla,
Matado a la novia en su boda,
Habréis roto mi sueño
Y secado mi rosa;
Mutilado mi corazón
Su féretro está en una alcoba.
¡Más la guerra no ha terminado,
Que un día naceré de nuevo a otra
Vida, y mi orgullo, como Excalibur
Arrancada otra vez por diosa
Mano se hundirá en vosotros
Dándoos la muerte que os toca!
¡Seréis, gigantes, piedra,
Seréis roca,
Más sabes que así como mi esperanza
Cayó, puede surgir y venceros otra!