viernes, 9 de mayo de 2014

Cómo hacer humor (15): ¿Por qué no se ríe la gente? (I)



¿En qué se parece una patata y un tomate…?
 En que los dos son rojos, menos la patata…

Esto, aunque no lo parezca, para muchos es un chiste con bastante aceptación. He visto a gente reírse cada vez que lo contaba, o que lo oía. Curiosamente, casi siempre se ríen más las personas que lo cuentan que el que lo oye. Incluso a las mismas personas que lo han oído y no les ha hecho gracia contarlo más tarde y partirse de risa.

A veces me he preguntado por qué no se ríe la gente. Si es algo que le gusta a todo el mundo, ¿Por qué no lo hace? Pararse a pensar en esta cuestión puede hacerte avanzar mucho en la vida, o por lo menos no retroceder, que ya es una buena forma de avanzar. Creo que para esta pregunta hay varias respuestas, que tanto independientemente, como combinadas entre sí, pueden dar la respuesta adecuada. Intentaré responder a estas principales cuestiones, siempre desde mi perspectiva personal.

Porque no le hace gracia

 ¿Y por qué no le hace gracia? Esta pregunta tiene varias posibles respuestas. Cada una individualmente, como colectivamente, puede ser el motivo por el cual las personas no se rían.

Porque no

Aunque dicen que en el fondo todos los seres humanos nos parecemos, y es cierto, no somos iguales. Eso es algo evidente. Esta afirmación es también cierta para el humor. Por eso hay que entender que haya gente que tenga muy poco sentido del humor. Gente muy seria. Otra gente directamente negativa. También amargada. ¿Por qué? Motivos hay muchos, y todos entendibles.
Algunos han nacido directamente así. De igual manera que hay personas de dos metros de alto, otros con un cociente intelectual de 160 (o 60), también los hay que en su acervo genético parece no estar incluido el reírse. Ante esta circunstancia, lo mejor es no darle más vueltas y aceptar a cada uno como es, sin intentar cambiarlo.
Céntrate en buscar puntos de unión, de empatía, y si el humor no es uno de estos puntos, busca otros, igualmente interesantes (aunque probablemente no tan divertidos).        
 
Por la trayectoria histórica

Cuando estamos con una persona, o un grupo de personas, existen varias posibilidades respecto a nuestro conocimiento sobre ellas. Podemos tener la información de lo que podríamos denominar una “fotografía”, es decir, solamente la información de ese momento determinado, sin saber el antes, la evolución de donde proviene esa instantánea, para nosotros “fija”. Desconocemos el pasado de esa situación. Solamente sabemos el qué.

Por otra parte, sí podemos tener la información de la evolución de los hechos, las ideas, de esa fotografía, por lo cual podríamos considerarlo ya no como una instantánea, sino como una “película”. En este caso sabemos el qué, y también el por qué.

Si uno no conoce esa trayectoria histórica, es posible que un elemento de humor que aparentemente sea recurrente en una situación, realmente no lo sea porque no encaja con la evolución que ha vivido esa persona, por lo que la “gracia” pierde todo su valor, e incluso se vuelve en contra de quien lo utiliza. 

Por quién lo dice 

Típica escena de película adolescente de sobremesa de una aburrida tarde de domingo cualquiera. El tonto del grupo (siempre hay un grupo y alguien considerado tonto dentro de él, aunque no lo sea) dice algo, pero la gente del grupo lo ignora completamente. En eso que llega el “líder” del grupo (que suele ser un tipo, guapo, o fuerte, o idiota, o todo a la vez) y dice lo mismo. Entonces todo el mundo lo aplaude como si hubiese descubierto la curación del cáncer.

¿Por qué muchas veces dice una persona una cosa y todo el mundo lo acepta efusivamente, y otra persona diciendo lo mismo de la misma manera parece un estúpido indeseable?

A mí, personalmente, me parece injusto. Aunque solo es mi opinión. Si es la misma acción, el resultado debiera ser el mismo, independientemente de quién haga la acción. Éste hecho se debe a un concepto interesante: la autoridad. La autoridad es, según la definición de la wikipedia “el nivel de influencia que tiene una persona sobre un colectivo. La autoridad también es el prestigio ganado por una persona u organización gracias a su calidad o a la competencia de cierta materia”. Es decir, por ser quien es ¿por qué? Esa ya sería otra cuestión.

Por tanto, es conveniente saber qué percepción se tiene de ti en el contexto en el que te encuentras. Si posees una situación “fuerte” y consolidada, los que te rodean estarán más propensos a tener en buena consideración tus acciones. Si tu posición es “débil” y frágil, la tendencia será a lo contrario.  Y puede que no sea ni una cosa ni la otra, es decir, que tu persona sea nueva al grupo, lo cual puede ser una buena oportunidad de empezar a crearte una buena reputación si sabes aprovechar la ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario