No impongas a nadie lo que tú mismo no puedas
soportar.
Cuando la vida te presente razones para
llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
Para el logro del triunfo siempre ha
sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.
Los muertos son los únicos que ven el final de la
guerra.
Hay tantas cosas que no pueden juzgarse sin el
corazón, que si éste falla, la razón debe desatinar necesariamente.
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