PARODIA
Se abre el telón. Se ve a un hombre con una aspiradora. Se cierra el
telón.
¿Cómo se llama la película?
Misión Imposible.
Misión Imposible.
Él preguntó:
-¿Por qué vosotras las mujeres siempre tratáis de impresionarnos con la apariencia, y no con la inteligencia?
Ella respondió:
-Porque hay más posibilidades de que un hombre sea estúpido que ciego.
-¿Por qué vosotras las mujeres siempre tratáis de impresionarnos con la apariencia, y no con la inteligencia?
Ella respondió:
-Porque hay más posibilidades de que un hombre sea estúpido que ciego.
Una mujer entró en una biblioteca y le dijo al bibliotecario:
-¿Donde está el libro "La mujer perfecta"?
El bibliotecario le dice:
-En la sección de Ciencia Ficción.
-¿Donde está el libro "La mujer perfecta"?
El bibliotecario le dice:
-En la sección de Ciencia Ficción.
Estoy
seguro que en un momento u otro de la vida, todos hemos parodiado a alguien. Y
a la inversa, alguien nos ha parodiado a nosotros. Una parodia es una “imitación burlesca que caricaturiza a
una persona, una obra de arte o una cierta
temática”. De hecho, todos sabemos lo que es porque por la televisión hemos
visto cientos de parodias, la típica imitación de un personaje o persona
conocido.
No
obstante, como sobre muchas otras cosas, nos suele hacer más gracia cuando la
parodia es sobre otros, más que sobre nosotros. Por ello, y en mi opinión, la
parodia bien hecha tiene mucha gracia, pero si no quieres levantar
susceptibilidades ni crear “malos rollos”, mejor no parodiar a nadie presente,
en todo caso a alguien o algo ajeno a
donde te encuentres, o que no tenga mucho que ver con el ambiente en el que
estás.
Si la
parodia eleva su grado de intensidad se convierte en sátira, en una
ridiculización de lo que se está imitando. Posiblemente, una parodia pueda
mantenerse en una situación neutra al que la observa. Sin embargo, la sátira
posiciona a la gente, a favor o en contra de lo que se está satirizando. Todo
dependerá de lo mordaz y políticamente incorrecto que quieras que sea el grado
de su utilización.
REPETICIÓN
Una técnica muy recurrente. Si
repetimos muchas veces lo mismo, llega un momento que parece que se vuelve
automático, se distorsiona, se
deshumaniza. Quizás ahí radique el
efecto de este recurso, que por parecer algo absurdo, hace gracia,
especialmente si en la repetición existen algunos elementos incoherentes.
Sin embargo, si se fuerza mucho
la gracia se puede llegar a romper. ¿Cuál es, entonces, la medida justa? Para
eso no existe una regla exacta. No obstante, por la cara de la gente se suele
adivinar…
JUEGOS DE PALABRAS
Pregunta: si yo pongo un cenicero
encima de una mesa y mi mujer lo aparta, ¿Quién está más loco?
Respuesta: Yo; porque yo lo-coloco, y mi mujer lo-quita.
Respuesta: Yo; porque yo lo-coloco, y mi mujer lo-quita.
Desde pequeños nos encanta
jugar. Es algo innato en los seres humanos. De hecho, es una de las mejores
formas, y más divertidas, que existen de aprender. Por ello, no es de extrañar,
que a lo largo de la historia hayan surgido los juegos de palabras como recurso
para pasárnoslo bien, realizar una crítica o demostrar nuestro ingenio.
Los juegos de palabras son un
recurso muy popular donde una palabra es utilizada de una manera que sugiere
dos o más significados posibles. Esto se hace generalmente para crear humor,
ironía, etc.
- ¿Que es un anillo?
- El culillo de un enano.
- El culillo de un enano.
Los juegos de palabras también
pueden ser usados para aquellas palabras que suenan de manera parecida. El
truco es hacer que el que lo oiga descubra dos o más significados.
- Por favor, ¿la calle Sagasta?
- Hombre, si pisa fuerte...
- Hombre, si pisa fuerte...
- Oye, tú… ¿de dónde eres?
- Yo, de Madeira.
- ¡Sí!... ¡Como Pinocho!
- Yo, de Madeira.
- ¡Sí!... ¡Como Pinocho!
Los juegos de palabras se pueden
utilizar en todo tipo de ocasiones, con todo tipo de humor, y demuestra la
habilidad que puede tener el que los realiza, especialmente cuando se
improvisa, porque refleja agilidad mental.
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