martes, 13 de mayo de 2014

Cómo hacer humor (19): La ironía y el sarcasmo



-¡Qué bonito es una persona que te escucha, que te comprende, que siempre está ahí, como el portero de la discoteca…! (monólogo propio)

Creo que casi todo el mundo habrá utilizado alguna vez la ironía. Definiremos la ironía como “una figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice”. Ejemplo sencillo: llamar a un calvo “melenudo”.

Hay distintos tipos de ironía: 

Sarcasmo: Es un grado superlativo de la ironía, donde la burla puede convertirse en un insulto. Como decir ¡qué listo eres! cuando quieres dar a entender que es tonto. La ironía se suele soportar y hasta puede tener éxito, pero el sarcasmo es más radical, y por tanto de más difícil aceptación. Puede a veces confundirse con el humor negro.

Antífrasis: Cuando das a algo un nombre que indica cualidades contrarias, como llamar “campeón” a un fracasado. 

Carientismo: Es usar expresiones que suenas verdaderas, pero que se hace para burlarse del otro. “Nunca oí algo tan certero” cuando realmente se ha dicho una estupidez.

Diasirmo: Humillar la vanidad del otro, avergonzándolo“¿Qué otra cosa puede esperarse de un hombre que una vez se vistió de mujer...?”

Mímesis: Que es imitar burlescamente a quien se quiere ridiculizar.

Hay que tener cuidado con la ironía. Una vez me dijo una amiga que la ironía, utilizada en una relación de pareja, puede provocar más daño que beneficio, porque en lugar de hacer gracia lo que provoca es una afrenta. 

Como la ironía suele utilizar un tono de expresión burlesco,  también puede jugar con la ambigüedad. Dependiendo del tono que con se diga la ironía, no se sabrá el sentido real que se ha querido dar. Puede ser un recurso interesante, especialmente cuando la otra persona es “corta” y no entiende el verdadero sentido que le has querido dar, pero entonces le estarás faltando el respeto. Otra cosa es que se dé cuenta de ello.

Una de las notas características del humor es su carácter transgresor. Por ejemplo, la ironía, que es un arma de doble filo, utiliza mucho la apariencia de verdad. La ironía dice algo como si fuera cierto pero con la intención de decir lo contrario. Por lo cual no es cierto lo que dice. Y además se dice para que la gente sepa que no es cierto, es decir, es una mentira que pretende poner de relieve una verdad de una forma distorsionada. Esto que parece enrevesado no lo es si se pone un ejemplo bien sencillo, y que espero no pase a nadie que esté leyendo esto:
-Cariño, ¿me quieres?
-¡Sí, sí…! Cada día más…

Por lo tanto, habrá que tener cuidado con la ironía. Posiblemente el mejor uso que se puede hacer de la ironía es con cosas no referentes a las personas. Por ejemplo, típico día de    -5 Cº, sales a la calle, y dices “creo que hoy vamos a pasar calor…”. La ironía impersonal  demuestra que se tiene sentido del humor y que además se está por encima de las circunstancias, porque puedes comprender el lado opuesto de las situaciones.

La ironía, por lo menos según mi criterio, a la larga, no suele ser una buena aliada. Además, para utilizar la ironía, sería conveniente conocer al auditorio al que se dirige, porque puede ser mal interpretada, ya que muchas veces no se entiende cuál de los dos significados, si el que se dice, o el que se quiere dar a entender, es la opinión del que la utiliza.               

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