Porque no lo entiende
Un tipo recibe una pizza en su casa, y le pregunta al repartidor:
-¿Cuál es la propina acostumbrada?
-Pues… suele ser de 1 euro, pero mi jefe dice que si logro que usted suelte 10 céntimos, ya sería un milagro.
-¿Ah sí? –Dice enfadado el cliente- ¡Pues toma 5 euros!
-¡Gracias señor! Lo ahorraré para mis estudios.
-Y si se puede saber, ¿Qué estudias?
-Psicología aplicada, señor.
-¿Cuál es la propina acostumbrada?
-Pues… suele ser de 1 euro, pero mi jefe dice que si logro que usted suelte 10 céntimos, ya sería un milagro.
-¿Ah sí? –Dice enfadado el cliente- ¡Pues toma 5 euros!
-¡Gracias señor! Lo ahorraré para mis estudios.
-Y si se puede saber, ¿Qué estudias?
-Psicología aplicada, señor.
También puede
suceder que la persona no se ría porque no entiende lo que estás diciendo.
Simplemente. ¿Cuántas veces se ha tenido que explicar un chiste, perdiendo éste
toda la gracia? Un chiste generalmente busca el efecto inmediato, y si no se
entiende su significado, el efecto va diluyéndose en segundos. De la misma
manera, ¿Cuántas veces, al cabo de los segundos, minutos, incluso horas, te
llega a la mente un momento, una expresión, un recuerdo, y de repente piensas
¡Ah, así que era eso…!?
Los
motivos por los que puede no entenderse un elemento de humor pueden ser varios,
y todos deben ser entendidos en su justa medida, sin desmerecer a la persona
que por causa de alguno de ellos pueda quedarse “in albis”. De hecho, es nuestra responsabilidad que el
mensaje que intentamos comunicar llegue al emisor correctamente y sea
entendido. Un mensaje se puede no entender por varias razones:
Inteligencia
De la misma
manera que no todo el mundo es igual de fuerte, ni igual de alto, lo mismo pasa
con la inteligencia. No todo el mundo ha nacido igual de inteligente, y por
desgracia para los que tienen un nivel de inteligencia inferior, les resulta
más complicado relacionar ideas, por lo que entender cierto humor será más
dificultoso.
Es importante,
en este sentido, intentar ajustar siempre el nivel del humor a la capacidad del
que lo escucha. Este consejo será también, como veremos a continuación, válido
para el nivel cultural y para el tipo de lenguaje.
Conocimiento y nivel cultural
-
¿Qué le pasa a equis si tiende a infinito?
-
¿Qué le pasa?
-
¡Qué infinito se seca!
“El esposo
le dice a su mujer...María me han dicho que me la estas pegando con el filosofo
del pueblo....a lo que la mujer contesta...falacias amor, eso son falacias”.
Difícilmente
entenderá estos chistes alguien que nunca haya tenido relación con las
matemáticas o la filosofía. Y como éstos encontrarás cientos de ellos. Muchos
no los entiendo ni yo. De hecho, en el del filósofo tuve que buscar el
significado concreto de falacia para comprenderlo completamente.
Debemos ser
conscientes que no todo el mundo tiene el mismo nivel o conocimiento cultural.
Y además puede ser que una persona tenga un alto conocimiento en una materia y
no tenga ni idea de otra. Lo que sí resulta bastante probable es que si
utilizas un nivel cultural diferente al del contexto en el que te encuentras,
tanto por encima como por debajo, puede resultar complicado que la cosa funcione.
Si el
nivel es demasiado elevado, el mensaje
no se entenderá. Esto puede tener varias consecuencias. De una parte, que tú
quedes como una persona rara, extraña, o más tonta de lo que eres. Por otra
parte, que la persona de menor nivel cultural se sienta incómoda, o lo tome
como algo negativo, ya que si es consciente de su escasez cultural puede
sentirse disminuida. Y como hemos dicho antes, es importante salvar el
prestigio de las personas.
Si el nivel es
demasiado bajo, el mensaje puede que se entienda (o no). Lo que está claro es
que si se entiende puede que te tomen por una persona más ignorante de lo que
eres, puede que por una persona que tenga
peor gusto o saber estar de lo que tienes realmente, o como una persona
muy simple (que es diferente a sencilla).
Estrés
En los tiempos
que corren la gente se ríe menos. ¿Tú te ríes menos que hace un tiempo? En las
épocas de crisis, y ahora estamos en una época de crisis para casi todos (no
para todos), las personas estamos más tensas. Como me dijo una vez un agente de
la autoridad ¡Tensión! ¡Tensión! ¡Sin comodidad! Y cuando alguien no está
cómodo, generalmente no le da por reírse mucho, a no ser que se ría por tensión
nerviosa.
El estrés es
un elemento evolutivo que nos sirve para mantenernos alerta de nuestros
posibles enemigos. Desgraciadamente, el ser humano es el único ser vivo que
puede mantener el estrés constantemente, aunque el peligro no sea real, solo
hipotético. La gacela Thompson (ese animal que se parece a Bambi y que suele
pastar tranquilamente) adquiere un nivel de estrés muy alto en tan solo décimas
de segundo, sale corriendo para escaparse del guepardo y después, si no le han
comido, vuelve a su antiguo estado de relajación.
Nosotros no.
Aunque el bicho desaparezca, aunque ni siquiera haya aparecido, nosotros no.
Además, el estrés es voluble y variable. Un día podemos tener más y otro día
menos. Incluso en un intervalo de tiempo mucho más corto se puede variar.
Por eso es
importante tener en cuenta este elemento. En ocasiones es posible detectarlo a
simple vista. Otras veces las circunstancias nos pueden sugerir que existe una
situación de estrés.
Las
situaciones de estrés no son sencillas de eludir. Eso sí, se puede intentar
cambiar la dinámica de la situación, aunque esto, creo yo, es preferible
intentarlo con personas que ya previamente se conocen, porque de lo contrario
seguramente no sabremos los motivos exactos que han provocado el estrés, y
podemos correr el riesgo elevado de quedar peor de lo que estábamos al
principio.
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