domingo, 6 de abril de 2014

poesia 324


Amelia baila y baila sin parar.
Mueve las caderas como las olas.
Ella es así, como las amapolas.
Llega, danza, y se va a otro lugar.
Imagínatela en la pasión,
Acerca el pecador vicio al cielo
Enmascarando el amor con un velo,
Sentando la virtud en un sillón.
Mataría a Dios por su cuerpo amable.
Inefable, loable, cautivador.
Ahorcaría sin sentirme culpable.
Mañana amaneceré en su sonrisa.
Omnímodo en las sábanas su amor.
Río, canto, y envejezco sin prisa.

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