El beso es una forma de diálogo.
El arte de agradar es el arte de engañar.
Necesitamos, en el sentido de la propia
responsabilidad y de la responsabilidad común, más democracia, no menos.
Y así vamos adelante, botes contra la corriente,
incesantemente arrastrados hacia el pasado.
La vida no es sueño. El más vigoroso tacto espiritual
es la necesidad de persistencia en una forma u otra. El anhelo de extenderse en
tiempo y en espacio.
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