miércoles, 16 de abril de 2014

poesía nº 182



Temprano, a la mañana.
Te observo y te acepto
Tal como eres, pequeña
Y extraña como el reflejo
De una luna lejana
En el espacio, el tiempo,
Pálida y taciturna.
Me levanto y me despejo,
Esquivo a la nostalgia
Dejándola en el trastero.
Me lanzo hacia el futuro
Con la furia que no puedo
Ya reprimir dentro de mí,
Que ocupó todo mi cuerpo
Secando todas mis lágrimas
Con la sangre del recuerdo.
Sin embargo sigo aquí,
Debajo de este cielo
Que aún aguanta la presencia,
Su orgullo a seguir siendo
Libre, mi casa y cobijo
En estos días que espero
Paciente y mudo, dormido.
Sigo aquí, sigo aquí, quieto,
Sigo aquí, sigo aquí, sigo
Andando y te observo,
¿No me ves? Yo a ti si,
Pero extraña y desde lejos.
Por eso acércate a mí,
Transparente y con aliento,
Que hoy tengo frío en el alma
Trémula y absorta, que hoy tengo
La hoguera casi extinta,
Que hoy anhelo un beso,
Que hoy, solo hoy, escribo,
Y en el verso dejo el miedo.

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