sábado, 26 de abril de 2014

poesía nº 200



Y no sé, del amor, cuántas lágrimas
Han nacido, si acaso el tiempo diario.
Respirar tu momento al momento
De exhalarlo, de sentirlo amado,
Ver en ti lo que se me fue lejos
Pero que aún permanece a mi lado
En tu persona, mía o tuya, ya
No lo sé, de los dos, y que sin embargo
No pertenece a nadie porque se
Marchó. Cuánto amor gastado
En la rutina de la vida, muchas
Veces sin pasión (tal vez adormilado
Sentimiento abstracto), tantas veces
Sumido en el sueño de tus brazos.
Para qué decir que te quiero (como
Si no lo hubiese ya demostrado),
Qué más da callarlo, si ya lo sabes;
Años en tu almohada y tus zapatos
Sosteniendo tu sombra y claroscuro
Para querer ver tu muerte despacio.
Por eso cuando caigas levántate
Y camina, levántate llagado,
Dolorido, alegre, famélico,
Cojo, susurrante o sonámbulo;
Pero levántate, que quiero verte
Cerca, necesito verte a mi lado
Eternamente, porque ya no soy
Yo sin ti; por eso, mi querido amado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario