domingo, 13 de abril de 2014

poesia 272


El día se acabó
ya de madrugada,
y el tiempo
se escapó rápido
llevándose a mi enamorada.
La enamorada de mi noche,
de la noche más larga,
la luz más tenue de unos ojos
que al mirar
se mataban.
Hoy vuelvo a saber
del eterno retorno.
La segunda venida
a un tiempo ya vivido,
donde reconozco los rincones
que exploré
cuando aún
no sabía
que al volver
lo observado se torna mas perdido.
La triste voz
del interior alborotada.
La asfixiante música
del espacio que se acaba.
El vestido que envuelve
y que nunca deja de crecer.
Hoy vuelvo
a saber
del eterno retorno,
de lo espeso de su materia,
de lo propio
que se ama sin querer
cuando se observa la mirada ajena,
y que como aquel
que no lloró
deja escondida
el alma que se quema.
Algún día volveré a este punto
como ahora vuelvo
a aquel punto anterior,
y ese día
cuando llegue
sabré de este día
que al marcharse volvió,
del día
que siempre será este mismo día,
del día
que por volver ya se marchó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario