lunes, 7 de abril de 2014

poesia 125


El pobre niñito solo se prostituía.
Una, dos, tres, mil veces le rompían el culo.
El niñito callaba
y solo se mordía
Los labios.
Su lágrima siempre hablaba por ellos.
¿Cuánto le pagaban? Apenas cuatro malditos
Duros.
Otras veces solo
una gran paliza.
Se levantaba los pantalones
y se iba
Rápido,
como si no hubiese pasado nada.
Una sonrisa  por máscara
solía vestir;
Se iba a su puente,
esnifaba pegamento,
Y se echaba a dormir.
Su sueño siempre era el mismo:
Una cama blanca, juguetes, y dignidad.
…………………………………
 -Señor inspector, una pregunta,
¿Cómo ha sido?
- Bah,
lo de siempre periodista,
tiro en la nuca
Y a por otro.
-Inspector,
¿Se sabe quien ha sido?
-No.
Ya sabe usted que esto
no lo sabemos nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario