Que te vaya bonito... que te vaya bonito...
que te vaya bonito... que te vaya bonito... Joder, mierda, que cosa más repetitiva.
Son todas parecidas, sin embargo la última nada, sólo la mirada. Es una buena
frase, mejor que adiós. O que hasta la vista. El otro día se la dije a Paula,
pero ya ves, me miró y me dijo ¿Qué dices? Será imbécil, se pensará que porque
esté buena tiene derecho a tratarme como a un idiota. No fue lo que dijo, sino
cómo lo dijo. Tú siempre te despedías así... Será imbécil.
Me
pregunto cuál será la tuya. Seguro que alguna. Patricia nunca las miraba,
quizás ella también lo sabía y por eso nunca las miraba. Todas las noches que
pasamos juntos nunca lo hizo, y si lo hizo nunca me dijo nada; no me extraña,
éramos dos desconocidos. Y lo seguimos siendo. Te puedes pasar horas y horas
con alguien, horas, días, meses y años, y después preguntarte quién coño era
realmente. Es curiosa esta vida...
...
liando porros. Al final era lo único que fumabas. Y los hacías muy bien, eso
sí. Te escondías en las canciones, entre nubes de humo. La verdad es que me
gustaba fumar contigo. Uno detrás de otro. Sobre todo en los mejores tiempos,
que sabiendo como sabías como me excitaba el costo siempre me la ponía dura y
acabábamos follando. Toda la noche. y fumando más porros. Luego nos dormíamos,
cada uno de espaldas, como si no hubiese pasado nada.
Si pudiera
a la tienda de los sueños ir a comprar
con poco dinero todo lo que hasta ahora
pude ganar
si allí vendieran
billetes para el tren de otra oportunidad
encargaría
un ticket de ida a la estación perdida
donde mi vida fue a descarrilar
si pudiera
desde aquel momento volver a empezar
ilusiones, castillos de arena en el fondo del mar
esperanzas, así que eso es todo, se me marchó el tiempo
y en la tarde,
tengo miedo de irme a la sombra del cielo
me queda tan poco y tanto que arreglar.
Los
Suaves lo saben bien... yo estoy en ello. Hasta sé el nombre de la estación,
aunque no estoy seguro si cogí el tren acertado. Boni lo intentó, y tú también.
No todos pueden tener la misma suerte. Yo no sé qué signo tiene mi suerte, solo
sé que un día de estos lo voy a averiguar...
Teresa
es una buena mujer. Lástima que no esté buena, quizás mejor así, por lo menos
mantengo la distancia adecuada. Algunas veces quedamos por ahí y nos tomamos
algo. Ella me cuenta algo de su vida y yo también algo de la mía. Por lo visto
tiene falta de entrepiernas. Es algo que suele pasar. A mí también. Creo que si
el panorama no cambia pronto acabaremos en la cama, no es que sea mi tipo, pero
hay necesidades que pueden apretar más que hacienda.
... si
es que alguna vez he tenido alguna. "El mundo está cerca, jódete" y
luego se reía. No tenía más Dios que su propia vida. Se fue a comerse el mundo
y el mundo le comió a él. Un Dios derrotado no es un dios, es una cagada... y
Boni lo sabe también como cualquier otro, por eso no se dio por vencido. Con el
curro de la biblioteca quizás tenga más tiempo. Era un buen chaval, lástima que
se fuera, ya no es lo mismo. Un día de estos le llamo y quedamos para irnos un fin
de semana por ahí...
Si
algo no se me olvidará jamás creo que será eso. Nunca sabré cómo fue, la verdad
que tampoco importa. Ahora todo da igual. Podrá ser una tontería, o puede que
no, sólo sé que no puedo pasar por esa calle y si alguna vez lo hago porque voy
con alguien lo paso mal. Podría haber sido yo... pero fue él. ¡Cúantas veces he
pensado que hubiese sido mejor al revés, cúantas...!. Fue un momento, mirar al
suelo y verlo ahí, tirado, como un perro, con la cabeza rota. Habíamos pasado
por allí no sé cuantas veces y ni siquiera me había dado cuenta de que estaban
en obras. Sólo sé que escuché cómo se rompía algo y mi hermano ya estaba muerto
en el suelo. El sólo tenía quince años. Era el único hermano que tenía. Mi
único hermano. Muchos días voy por la calle y veo chavales de su edad y pienso
que era muy pequeño para morir. Yo iba a su lado, podría haber sido yo y te juro
que no me hubiese importado nada, si algo quería en el mundo era a mi hermano
pequeño. Un segundo y ya está, muerto, con la cabeza rota. El cura dijo que
Dios se lo había llevado a su lado y que ahora estaba en el cielo, porque era
muy bueno. Mecagüendios. Mecagüendios mil veces, él no tenía derecho a
llevárselo tan pronto, era demasiado joven para morir. ¿Dónde estaba?. ¿Durmiendo?,
si Dios no duerme... Mi padre intentó aguantar el tipo, por mi madre, que
parecía más muerta que mi hermano; aquel día envejeció diez años de golpe. Me
agarraba la mano y no podía. En el cementerio mi padre se derrumbó. ¿Qué te voy
a contar a ti que no vieses o no te haya contado? Y allí estaba yo, callado,
can-sado, mirando a mi padre y a mi madre, pensando en Dios. Y el cura diciendo
lo bueno que era mi hermano y lo grande y poderoso que era Dios. Que le den por
el culo, si tan poderoso es por qué no lo salvó, por qué no me lo devuelve...
Si de algo me he dado cuenta es de que los cementerios son como los retretes,
uno siempre vuelve a ellos...
El
otro día me puse a pensar en todas las razones que podía tener para no salir de
casa y creo que pensé 47 razones distintas, y apurando te podría dar hasta 62,
por lo menos.
...de
la perspectiva. Desde distinta perspectiva hasta parece algo totalmente
diferente. Pero tú estás muerta y no creo que haya perspectiva que haga cambiar
eso. Hablabas de perspectivas. De frente. De lado. Contrapicado. De ángulo
inverso. Si te digo la verdad en este momento me da absolutamente igual, las cosas
no van a cambiar, tiempo hubo para ello, creo, pero esta vez te olvidaste de
casi todas tus perspectivas distintas. Quizás y te podría haber ayudado. Quizás
no. Pero no estaba allí. Si el día que me dijiste te hubiese hecho caso casi
seguro que por lo me-nos dos vidas irían mejor. Las cosas a veces no salen como
uno las planea...
Chaplin se iba con quinceañeras y eso te
jodía. No sé por qué, para gusto las mujeres, como digo yo. A mí me daba igual,
a mí me encantaban sus películas, sobre todo la quimera del oro. Debe ser duro
comerse los zapatos. Debe ser duro estar solo...
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