martes, 18 de marzo de 2014

9,8 m/s (al cuadrado) (XI/2)



 Te eché de menos cuando fui a la universidad, de veras. Claro que luego conoces gente y todo eso, pero aún así... Cambiar de ciudad no es tan fácil. Sin embargo fueron buenos años, creo. Pero el primer curso me sentí solo, sobre todo al principio, y si no acuérdate de todas las cartas que te escribía. Fueron seis buenos años. Es cierto que podría haberla acabado antes, pero a los veinte no era cuestión de agobiarse mucho, había que "vivir la vida", ¿verdad?. Supongo que Paula sería de las aplicadas, le pega mucho. De todas formas yo creo que sólo jode con su ordenador, amargada de mierda... Sólo espero que a nadie se le ocurra un día de estos organizar una comida de los de la promoción. Debe ser lamentable ver una panda de frustrados contando sus grandes logros, intentando esconder la sensación de la más absoluta basura debajo de la alfombra mientras el triunfador vuelve a triunfar en la fiesta, creyendo que toda su maldita persona vale su peso en oro y sonriendo mientras enseña sus blancos dientes perfectamente limpiados con Colgate.

 Ya está amaneciendo, cómo pasa el tiempo. Y eso que parece que haya salido hace un momento de casa. El tiempo pasa demasiado deprisa. Parece que fue ayer cuando estábamos en el parque con los perros. O en la playa viendo aquel sol rojo. Hacía bastante frío, pero allí estaba yo, valiente, y el sol también lo sabía. Nunca pensé que podría ser de esa forma. Era una imagen preciosa, aquel globo rojo subiendo... Hubiese sido mejor con alguien cerca, pero por lo visto en esta vida no se puede tener todo. Sí, es posible que con alguien al lado no me hubiese fijado tanto, pero de todas formas creo que los buenos momentos necesitas compartirlos con alguien. Y allí estábamos los dos, el globo rojo y yo, él subiendo y yo solo en medio de la playa...

 ...para lo que podría ser no me parece tanto, porque además la forma no lo es todo. Puede que en otra situación una determinada disposición cambie la perspectiva y entonces a saber cuál puede ser la elección correcta. No es cuestión de adivinanzas sino de sentido común. Después de todo, una opinión siempre es una opinión, nada más.

 ...ahora que las estrellas se han ido a dormir. Quizá te con-viertas en una de ellas, como en las películas de Kapa. Aunque seguramente te vas a tener que joder porque allí arriba también está ya todo lleno, y te pudrirás en medio de una plaga de gusanos verdes y blancos moviéndose con espasmos lentos. Es algo que no te voy a perdonar tan fácilmente. Putadas de éstas no se le hacen a un amigo, y tu y yo éramos amigos, ¿no?. Joder tía, todavía quedaba sitio para ti aquí abajo... Primero mi hermano, ahora tú... Joder, intente comprenderme, yo soy el que se queda, no tú. Haberme dicho algo, no sé, una señal, pero no ésto. El Señor Mierda ha querido aterrizar y no ha encontrado mejor sitio que mi cabeza, joder...

 Querría tener un submarino y esconderme en él dentro de mi bañera, para esconderme un poco y que todas las bombas cayesen fuera. Y de hacerlo tardarían, porque aunque no lo creas nadie empieza buscando en un submarino. Fuera tengo frío. Y miedo otras veces. La oficina está llena de hombres grises y las calles de baldosas y de bolsas de pipas vacías. Desde arriba es mejor. Es como un cuadro. Las de la caja tonta parecen muñecas de porcelana que se van a romper. Seguro que viven ahí dentro, un día miré por detrás pero no tenía puertas. Odio la comida precocinada y no sé cocinar más que huevos fritos. También odio la generación precocinada y los envases defectuosos. He robado. Te juro pequeña que tengo miedo y Dios no me ayuda, seguirá dormido todavía.

                ...Ese soy yo arrinconado,
                  ese soy yo en el punto de mira...
                   ¿Por qué duermo mal las noches?
                ...He intentado conservarte,
                  y ahora no sé si lo he logrado.
                   Oh, no, ya he dicho demasiado.
                   Y todavía no he dicho suficiente.
                   Creí haberte oído reír.
                   Creí haberte oído cantar.
                   Creí haberte visto intentarlo.
                   Todos los susurros,
                  todas las horas pasadas.
                   Escogiendo mis confesiones,
                  como un toro perdido de la manada...

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