Vuelvo a sembrar
el campo vacío.
Vuelvo a labrar
la tierra horadada
por todo aquello
que la inundó.
Vuelvo a esperar a que la primavera salga.
¿Quién me dijo que la historia se paró?
La historia continua evolucionada
en esta metáfora de amor
que es tu imagen fotograma a fotograma.
¿Soy tu espejo? Amor que se quema,
me desdibuja la forma tu mirada
convirtiendo el ideal petrificado
en polvo para abono de la nueva savia.
Y después, si el sueño me despierta,
no quiero sentirlo mío, que para
soñar ya tengo lo vivido,
que ahora prefiero tu aliento en mi almohada,
el roce de tu cuerpo en mi piel,
tus manos temblorosas en mi cara.
Por eso acércate a mi vera
y abre de par en par la ventana,
que hoy quiero que entre tu luz
y me caliente y me ilumine el alma.
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