...de
lo otro, por no hacerlo los demás suspiran. Yo no. A mí no me va, no es
cuestión de mirar la pared siempre. Por lo menos alguien opina que de no poder
ser de una forma que tampoco sea de la otra. Yo creo que debe haber más formas,
aunque claro, eso sólo es una opinión.
He
buscado siempre, tú lo sabes bien, pero nunca lo he encontrado, o por lo menos
el suficiente tiempo como para serme útil. Todo el mundo necesita un punto de
apoyo, creo yo, y yo también. Lo he buscado, es cierto, pero a veces creo que
por el lado equivocado. Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran
mujer. Quizá sea eso, dar con la mujer adecuada. Pero por ahora resulta difícil
avanzar sin un punto de referencia. Mierda, ¿por qué tendré siempre tan mala
suerte?.... Tú al final solucionaste el problema junto a Jean Paul. Yo no he
tenido tanta suerte con Silvia. Y te juro que lo intenté, era una buena
chica...
¿Te
acuerdas de la promesa?. Ahora resulta graciosa, como casi todas las viejas
promesas después de los años. Ya sé que mi nombre es bonito, pero de ahí a que
le fueses a llamar así a tu primer hijo me parece excesivo. Siempre me lo
recordabas, cada vez que venías.
...volar en los aviones. Son como los sueños,
vas y vienes, de repente, como un paréntesis. Cambiar de sitio tan deprisa me
resulta extraño, y si no acuérdate cuando fuimos en avión, llegar al aeropuerto
y todo el mundo hablando en francés, que dos horas antes era castellano y
después no me enteraba de nada, porque entonces todavía no tenía ni idea del
maldito idioma. O como aquel otro viaje, que fue ir y volver, y me puse a
pensar después y parecía Segismundo en La vida es sueño...
La
pobre Laika está muy vieja. Parece mentira cómo se lo puede coger tanto cariño
a un animal. Me la traje conmigo cuando me marché de casa. Ellos también
querían quedarse con ella, pero al final les convencí. Me tendrías que ver, me
pongo a hablar con ella y mientras tanto me mira. A veces parece que le agobio,
por-que le hablo durante más de media hora y entonces mueve el rabo y se
marcha. Ella me confirma que el perro es el amigo más fiel del hombre, porque
ahí está, mirándome como si me entendiese de verdad. Y reconozco que es difícil
aguantar escuchándome durante más de media hora. Sobre todo las charlas que
tengo con ella. A veces ladra, como si hubiese comprendido. Sólo le falta
hablar. Aunque también es verdad que si hablase no le contaría ni la mitad de
las cosas.
Mierda, esa era su palabra preferida. No la
decía de mala hostia, lo decía muy serio, porque para él era un tema muy importante,
de verdad. Luego dijo lo de la filosofía del cagar y todo eso. Como en el
Globas, que parece mentira, pero siempre que íbamos lo leía: "el mundo
está cerca, jódete". Y luego se reía. La última vez que entré en ese bar
sí que parecía una mierda, con toda esa gente junta en tan poco sitio y todos
bailando igual, que cuando toda la gente baila igual en un mismo bar hay algo que
no funciona. Ya te digo, no aguanté ni cinco minutos allí dentro. Y mira que
antes nos pasábamos horas allí metidos. Y hablando de bailar, que me acuerdo
que tú para eso sí que eras especial, que no sé cómo lo hacías pero siempre
bailabas en tu mundo desconocido, que yo acababa mirándote y eras todo un espectáculo...
No
encuentro las palabras adecuadas para expresarlo, lo siento. Lo he pensado muchas
veces, pero nunca he sabido cómo hacerlo... Sólo sé que es una sensación
extraña, está ahí, latente, como una gripe. Supongo que debe ser algo natural.
Parece que unas veces quiere aumentar y otras disminuir. De repente miras para
arriba y te das cuenta de que estás abajo, y solo es cuestión de subir. Al
final esa es la cuestión, subir, porque abajo hay demasiada gente como para
respirar a gusto.
...hace tiempo que te fuiste. Sólo sé que la
distancia separa, es algo que no se puede negar. Dos años no es mucho, pero es
algo.
Y sí,
ya sé, nos contábamos todo y lo seguimos haciendo hasta el final, pero hubo
momentos en los que pensaba que no sabías de qué coño te estaba hablando. Y lo
entiendo, porque a mí me pasaba lo mismo. De todas formas tampoco creo que te
importase mucho lo que pasase en la maldita oficina, o que el coche seguía
igual de mal, o que Néstor estaba de bajón porque la había palmado su abuela,
qué sé yo. Supongo que tus pintores y tus exposiciones eran más interesantes,
porque a mí también me lo parecían, pero ese era tu mundo y yo no estaba allí.
La amistad es extraña... Da igual, nada... Lo que sí es curioso es cómo cambian
las cosas, nosotros dos antes, siempre juntos, y de repente te das cuenta de
que ya no eres el protagonista de la historia, y tienes que comprar butaca como
todos. Sobre todo te he echado de menos... Bueno, no a ti, a cualquiera, porque
en realidad no había nadie, no tenía a nadie con quien hablar. Sí, éstos dos,
pero una cosa es convivir y llevarte bien y contarte las batallitas y todo eso,
y otra descansar en ellos. Al final igual que Boni, sólo hubiese sido cuestión
de tiempo...
En la
tele la gente pequeña estaba muerta. Cambié. La gente pequeña seguía muerta.
Cambié. Cambié cuatro veces y no sé si por casualidad pero en todas estaban
muertos. Nunca pensé que cabrían tantos muertos en un sitio tan pequeño. Menos
mal que al final encontré una buena mierda y me pude dormir a gust...
¿Te
acuerdas cómo nos reíamos?, como críos. Era la hostia. Pocas veces me he reído
tanto como entonces. Fue después de que se cayese por la cuesta. Parecía que se
había roto la cabeza. El tío allí, rodando hasta la pared. Aquello sí que era
gracioso. Me acabó doliendo hasta la tripa de tanto reírme, como si se me
hubiese roto. Y allí estaba el tío, tirado, sin moverse, como una puta roca,
pro que al final se levantó descojonándose como un loco y apenas tenía un par
de arañazos. Aquella noche sí que nos reímos. Fue una buena noche, ¿verdad?.
...se
les ve envejecer de día en día. Todavía no tienen muchos años, pero parece que
a las enfermedades les ha dado por cebarse con ellos. Voy muchos días a verles,
tres o cuatro veces por se-mana, a la noche, después del curro. Ceno con ellos
y luego me quedo un rato haciéndoles compañía. Cuando me voy me quedo pensando
y entonces me da como cargo de conciencia, por dejarles allí solos, yendo cada
vez a menos. Creo que como no mejoren pronto quizá me vaya a vivir con ellos,
me necesitan. Después de todo soy su hijo, el único que les queda...
He
llegado al convencimiento de que la quiniela es un camelo, no toca, o por lo
menos no a mí, que en trece años sólo he llegado a dos de doce, y con eso no se
sale de pobre. Con lo otro no se sale tampoco, gastas tu juventud matándote a
trabajar y no tienes un puto duro, lo justo. Quizás tenga que volver con mis
padres, así además de ayudarles ahorro algo de dinero, que hace falta, nunca se
sabe. Ese es un problema que tú nunca tuviste, por lo visto, porque lo de
vender cuadros se te daba muy bien. y no eran baratos. Estaría de puta madre
que pudiese publicar la historia del psicópata. Seguro que tendría éxito,
porque es muy buena, y ganaría dinero y tendría más libertad y dejaría la oficina
y haría las cosas que quiero y...
...
podría ser, visto lo visto es una de las pocas cosas que todavía quedan como
son realmente. Suelo pensar en ella, me gusta, creo que uno se relaja y se
sumerge en ello, basta con cerrar los ojos e imaginárselo...
Días
como el de hoy y viajes como éste son los que cansan hasta al más pintado. ¡Si
hubiese sabido...! Me gustaría que alguien me lo explicase, solo eso, nada más,
por qué hostias lo has hecho. No lo entiendo y no creo que llegue a hacerlo. De
todas formas eso tampoco te resucitaría, así que como si la maldita respuesta
se va a la mierda, porque no va a solucionar nada.
...
final uno se conforma con poco, cada vez con menos. Solo quiero una, solo una
más, una sonrisa donde descansar. Demasiadas noches mirando el techo. Me siento
triste. ¿Para qué mentirte...?. No ganaría nada. Son demasiadas promesas incumplidas
para una sola persona. Unos brazos que me abracen, unos labios que me besen,
algo, no sé, me da igual, lo único que quiero es alguien que me mire y me
sonría, que me haga soñar un poco; tampoco creo que pida tanto, no más que
cualquiera...
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