Hierba
negra, llanura plana. La autopista, un trozo de asfalto extendido hacia
adelante. A un lado un cartel señalando destinos y distancias. Área de
servicio. Más coches y más hierba negra.
... y
que buena hierba aquella. Cojonuda. Aunque yo, como bien sabes, siempre preferí
el buen costo, y a decir verdad, lo sigo prefiriendo. A veces, de vez en
cuando, me lío un peta y me lo fumo, tranquilamente, después de cenar. Le
pegamos unos rules y si hace falta liamos alguno más. A mí siempre me dan sueño
y al final acabo durmiéndome en el sofá. Contigo a veces también me pasaba, lo
mismo, y si no acuérdate como después me tenías que despertar, que alguna vez
hasta te llegaste a enfadar. Después de hacer el amor me gustaba fumar un peta
y contigo lo hacía muchas veces. ¿Te acuerdas?, lo que nunca te conté fue que
aquel día en León, después de hacerlo con Yolanda me lié uno, y ella, tan
casta, tan pura, siempre tan sana, me dijo que no fumase, pero le entró la
curiosidad y luego me dijo que liase otro, que le había gustado.
...
sé. Decías que no era lo mío, pero la cogí porque me gustaba, o eso creía.
Siempre me había gustado la economía, o por lo menos la idea, sonaba bien. Veía
los debates y leía las páginas del periódico, pero sobre todo soñaba con llegar
a ser el ejecutivo agresivo del anuncio de teléfonos móviles. Ahora me doy
cuenta que en la oficina todas hieren y solo espero a la que mate. Ya lo dicen
los Parasintéticos con todo eso del niño llama-do Niño y el pato llamado Nadie.
Cómo he llegado a ser tan gili- pollas... ya vi al acabar la carrera que no
sería el triunfador, bastante tengo con lo que tengo. Cuando aquel día me
dijiste que me fuese contigo te dije que no. ¿Qué podía decirte?. Uno acaba
aceptando la mediocridad que le rodea hasta tal punto que se llega a pensar que
la mierda la desprende uno mismo. Sólo sé que me falta echarle un par de huevos
y saltar hacia adelante. Pero... ¿Qué quieres que te diga? Necesito el dinero,
no hay más, y si de algo estoy seguro es que no encontraré un trabajo mejor.
Esa es la realidad, no hay más.
... and now my bitter hands
shape beneath the donds
all of what was everything.
All the pictures have
all been washed in black,
tattooed everything.
I take a walk outside.
I'm surrounded by some kids that play.
I can feel their laughtes,
so what do I say.
And twisted thoughts that spin
round my head.
I'm spinning
How quick the sun can drop away...
Todo lo negro se fue espesando entre tus zapatos. Parece que la radio
hoy guarda luto por tu recuerdo. Te hundías en las canciones hasta que al cabo
de las horas sacabas la cabeza. Entonces pintabas, rápido, con fuerza. Yo a
veces lo hago cuando escribo y no está mal del todo. Creo que la historia del
obrero psicópata será esta vez la buena. No tengo mucho tiempo para escribir,
pero ésta la voy a acabar y seguro que la publico. Ya es hora de que sepan lo
que es una buena novela... Tapas negras que esconderán la realidad.
...And now my bitter hands
they're on broken glass...
Como tus cuadros, o las canciones que giran dentro de las cur-vas.
...turned my world to black,
tattooed all.
How see all that I am,
all I'll be...
I know some people have a beatiful life
I know you'd be astouned...
Volver contigo a pisar todos aquellos sitios, es algo que ya no podré
hacer. De todas formas siempre quedará parte de ti en esa ciudad, o por lo
menos eso me parecerá a mí. Cuando llegue allí, no sé, tengo miedo, las tumbas
parecen demasiado frías, quizás me dé por llorar o por quedarme callado o por
yo que sé. Y tú detrás de esa losa, encajonada, como un puto cigarrillo. Cuando
muera quiero que me quemen y me tiren por cualquier sitio, te lo juro, me da
igual. Ya no será lo mismo sin ti, faltará algo.
Solo
espero llegar a tiempo. Ya sé que no queda mucho tiempo, pero no está todo
perdido. Si no hubiese dormido todo ese tiempo... Espero acordarme de como se
entraba y después de llegar. Menos mal que he encontrado el mapa, lo he estado
buscando por todas partes y al final estaba en el cajón azul, donde siempre
guardo todas las tonterías sentimentales. También estaba el pañuelo de colores
que te compré y que se te olvidó llevarte... Y la pulsera de Patricia... Un día
de estos haré limpieza. Lo pasado, pasado está y no volverá, tralara,
tralara...
El
otro día me quedé solo en casa. Fuera llovía. Llovía bastante. Miré fuera y vi
a la gente, unos con paraguas, otros no, sin embargo todos iban bastante
deprisa. Ya sé que puede ser un engorro mojarse, pero de todas formas a veces
es relajante caminar bajo la lluvia, puede llegar a ser un verdadero placer. Desde
la ventana se ve a la gente pequeña, miras para abajo y allá están, parece como
si los pudieses aplastar con la mano, son insignificantes. Desde arriba la
gente parece mucho más pequeña y desde abajo lo de arriba ya está demasiado
lejos. En la televisión echaban mierda, creo. La gente de la tele sí que parece
pequeña. Apagaba y encendía y la gente pequeña de la tele aparecía y
desaparecía, como en uno de esos trucos de magia, y yo les miraba y apretaba el
botón de mi chistera y volvían a desaparecer. Al final acabé durmiéndome en el
sofá. Pero me di cuenta de que Alban tenía razón y la gente ya no está sola,
porque en todas las casas hay antenas parabólicas...
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