sábado, 28 de junio de 2014

poesía nº 272

El día se acabó ya de madrugada, y el tiempo se escapó rápido llevándose a mi enamorada. La enamorada de mi noche, de la noche más larga, la luz más tenue de unos ojos que al mirar se mataban. Hoy vuelvo a saber del eterno retorno. La segunda venida a un tiempo ya vivido, donde reconozco los rincones que exploré cuando aún no sabía que al volver lo observado se torna mas perdido. La triste voz del interior alborotada. La asfixiante música del espacio que se acaba. El vestido que envuelve y que nunca deja de crecer. Hoy vuelvo a saber del eterno retorno, de lo espeso de su materia, de lo propio que se ama sin querer cuando se observa la mirada ajena, y que como aquel que no lloró deja escondida el alma que se quema. Algún día volveré a este punto como ahora vuelvo a aquel punto anterior, y ese día cuando llegue sabré de este día que al marcharse volvió, del día que siempre será este mismo día, del día que por volver ya se marchó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario