Solo la verdad os hará libres.
El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece
al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.
El conocimiento de la belleza es el verdadero camino y
el primer peldaño para la comprensión de las cosas que son buenas.
No vivimos nunca, sino que esperamos vivir; y
disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca.
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables,
son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines,
nuestra prisión.
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