Juzga a un hombre tanto por sus amigos como por sus
enemigos.
Cuando los abusos son acogidos por la sumisión, no tarda
en convertirlos en leyes la potencia usurpadora.
La muerte es algo tan tremendamente airado, que sólo
la desnudez, la elemental desnudez, puede escindirla del ridículo.
La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico;
del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que
se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.
No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello
no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de
partida pierde fácilmente la meta.
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