No vayas contra lo que es justo para conseguir el
elogio de los demás.
El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales
y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la
vida.
No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido
descompuesto da indicios de ánimo desmalazado.
Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros,
lo que hacemos por los demás y por el mundo permanece y es inmortal.
La gente joven está convencida de que posee la verdad.
Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
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