A fin de cuentas, todo es un chiste.
Hay que amar lo que es digno de ser amado y odiar lo
que es odioso, mas hace falta buen criterio para distinguir entre lo uno y lo
otro.
Si nuestros amigos nos hacen favores, pensamos que nos
los deben a título de amigos, pero no pensamos que no nos deben su amistad.
El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas;
el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen
músico.
Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los
hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales,
tienen sordos los oídos para toda palabra de humanidad.
Stefan Zweig (1881-1942)
Escritor austriaco.
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