lunes, 9 de junio de 2014

poesía nº 128

Tuve un amor dentro que
Pretendía no morir,
¡Se aferró tanto a la vida!
¡Suplico tanto vivir!
Al final quedó desnudo
Y pude ver su alma clara;
Era un alma que implorante
Pedía que alguien la amara,
La abrazase y susurrase
Por sus suaves besos tersos,
Que le cantase a la luna
Sueños en forma de versos,
Que la acariciase siempre
Como los labios del viento,
Que la proclamase reina
De un mundo de sentimiento.
Era como una niña inocente
Que desconoce el pecado;
Sus inmaculados ojos
Buscaban el ser amado
Que como príncipe azul
La llevase al paraíso
De una hermosa eternidad
Como pájaro sumiso.
Hace tiempo que murió,
Sin embargo, ese amor;
Fue en un atardecer
Rojo, lleno de dolor.
Mas ya dentro de la tumba
Su recuerdo me tortura,
Ver cómo perdí un amor

Al que amaba con locura.

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