miércoles, 5 de febrero de 2014

poesía 298



Porque sé por qué te ríes y por qué lloras,
Alegre, triste, por qué escondes tu alma.
Robas las olas al mar en calma
Antes de pensarlo, y después, te enamoras.
Te enamoras locamente, te enamoras
Indiferente a la pena y al dolor
Fatal que te condena a este amor
Encadenado que solo cuenta las horas.
¿Dónde podremos juntar nuestras manos?
¿En qué lugar pondrás mi corazón?
¿Robarás mi cuerpo para amarnos?
Impaciente, mi piel tu contacto espera.
Como sin quererlo, despierta la ilusión
A que crezca la flor de nuevo en primavera.

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