Hoy el sol se
quedó en su cama.
Las calles no
fueron las de ayer.
Me senté en un
banco y miré hacia arriba;
No había cielo,
no quedaba en qué creer.
Llovió. Fue de
noche. Hoy me dieron
La espalda las
horas, el suave viento,
La luz. Llovió y
me fui destiñendo
El alma, con
dolor duro, lento.
Fue un banco
marrón, de hierro oxidado
Por la lágrimas
de los que no fueron,
Quien bebió mi
pena a grandes tragos.
Sed de amor de
quienes no lo tuvieron.
Llovió pena
amarga de quien solo huye
Hacia adelante
sin mirar atrás.
Lluvia negra.
Lluvia hiriente. Lluvia.
Llovió sangre
seca. Llovió el jamás.
Miré alrededor y
me encontré solo.
Vacío. Nadie más
que yo en el mundo.
¡Triste mundo
mierda! Solo yo en él,
Como en los
cartones el vagabundo
Que murió de
frío, estuve. Lloré.
Lloré sangre
seca. Lloré el jamás.
Me levanté y no
estabas, mujer.
Miré y no te vi.
No había nadie más.
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