domingo, 14 de diciembre de 2014

poesía nº 251

Nadie me dirá qué busco en los sueños.
Nadie me amará como tú.
La realidad a veces se invierte
y me deja despacio en otro espacio,
con la noche más noche,
sin la duda muda que antes me quitó la luz.
Volver al mismo sitio
sin nadie,
alguien que no seas tú,
y más allá de la noche
un espacio donde no encuentre los sueños,
los mismos que nadie amará
tan despacio, tan despacio
que parece no sentirse toda su magnitud.
¿Quién querrá decirme la palabra verdadera?
¿Cuándo extrañaré una sonrisa que no mienta?
¿Sabrás tú interpretar este lenguaje nuevo?
Aún recuerdo la memoria
como algo
que evoluciona los sentimientos
y que los vuelve viejos,
más viejos que el esperar un mañana
que antes de empezar ya sé que se acaba.
Y son precisamente esos sueños
lo que vivo más,
los que evolucionan los sentimientos
y los vuelve viejos aún más que ayer,
y probablemente más que mañana,
porque es hoy cuando me duelen
y es hoy cuando me vacían el alma,
porque son los que me mienten
cuando dicen que me quieren
sabiendo de antemano,
ellos tan bien como yo,
que son la sombra de una fábula.
Ahora solo quiero
descansar en tu regazo,
callar una voz que no es mía
aunque lo parezca
y después soñar,
soñar un verdadero sueño
que no sea el tuyo,
sino el mío,
y que me ayude a volver a sentir de verdad.


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