lunes, 1 de diciembre de 2014

el diván de los búhos: Los amores prohibidos

Hola queridos y amados escuchantes del diván de los buhos. Welcome to everybody. Bienvenue a notre radio. Soy Iñaki Marañón, y hoy desde nuestra sección "la perrera", vagaremos por las sinuosas cualidades deslizantes de un sonido, que como el viento, me trae las noticias de una esperanza anclada en la creencia.

Efectivamente, doctos radioescuchantes, busco la voz que fecunda la F. ¿Ferá porque fuena fien? No lo fe. Lo que fi fe, es que su ulular fonetizado fenece fuera de mi ventana cuando el cierzo aprieta, cuando, y sin más, farfulla en mis orejas, y yo, tonto de mi, rezo con fe, que por favor, flaquee.

La misma fe que tengo en la Fa, y en la Mi, en la que RE LA MI, al SOL, SI, no sé cuál, pero que llena el espacio sonoro con Franz, Schubert, y George, ¿George? ¡Friedrich! Händel. Tan armónico él, que hasta tiene el número de oro, el ¡FI! con Fidias y su letra griega.
Un sonido que se apropia de otras letras en otros idiomas. ¡Valiente ladrón! Y si no pregúntaselo a Phil Collins, a Michael Phelps, o al físico y filósofo vienés Philipp Frank.

Sonido de patada voladora, Kung... ¡Fu! y de los dos hombres que se emporraban juntos... Fu..man...¡Chu! ¡jejeje!
Hablando de cosas prohibidas, esto me recuerda a tí, nombre innombrable, nombre que no puedo decir, que no puedo pronunciar... porque te quiero. Porque te amo.

¿Por qué existen los amores prohibidos? ¿Quién define lo que es un amor permitido? ¿Quién me dice a mi a quien debo querer y a quién no? Porque no sé a vosotros, oidos que ansío acariciar con mi lengua-je, pero a mí sí que se me ha insinuado alguna vez, y lo he sufrido en otras, el hiriente filo de esa espada de Damocles.

El amor puede ser ilegal. Me lo está diciendo un amor prohibido. Aunque sea legítimo. Y curiosamente, esto puede crear un conflicto interior muy profundo que hace negarte a ti mismo, o negar a la sociedad en la que vives. Y por supuesto, querer reventar la cabeza de alguién como una piñata llena de billetes.

Si dos personas se quieren y se respetan, ¿quién es el que hace la ley para negarme un principio tan elemental? Si es por Dios ¿quién es el afortunado a quién Dios le ha hablado? Si es por la sociedad ¿no tienen bastante con la Pantoja para que se interesen por mi?.
Abnegados conciudadanos de esta corrupta sociedad, el amor prohibido debiera ser prohibido sin derecho a reclamar. Repito: El amor prohibido debiera ser prohibido sin derecho a reclamar. Y si hay que prohibir algo, prohibamos un Dios sin humanidad, un partido sin goles o un árbol sin sombra.

Por todo esto y mucho más, apoyemos la Fa de la música y del champú, la Fe... de rico, la Fi de digno, la Fo de Darío, y la Fu, para que no se sienta marginada respecto a las otras ffff.

Enviadnos vuestras perrerías y vuestros ladridos al programa para que podamos compartir reflexiones , tensiototos, diatribas, vuestra novia. Lo que creáis más oportuno. Pero nunca arrogancias. Por favor, arrogancias no. Junto con el eterno color rojo de mi número de la cuenta bancaria y la duda razonable de no querer volver a sentir el corazón, la arrogancia es lo que más odio en el mundo.
Allí donde esteís, sí, a ti, y a ti y a ti también. Allí donde esteis, mi corazón está con vosotros. Porque en la perrera nos gustan todos. Y nos gustan tanto, que nos gustan hasta los fofos.

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