lunes, 8 de diciembre de 2014

el diván de los búhos: La autoimagen

Hola queridos y amados escuchantes del diván de los buhos. Welcome to everybody. Bienvenue a notre radio. Soy Iñaki Marañón, y hoy desde nuestra sección "la perrera", donde decimos docenas de dudas dislocadas, damos en este día la rúbrica a ese sonido de vanguardia, que no sórdido, en un homenaje a nuestros balbuceantes bebes. DaDaDaDa...

Como nuestros inconmensurables radioyentes habrán podido adivinar, es decir, vosotros, efectivamente nos estamos refiriendo a esa letra dadivosa que es la D. Tan solícita ella, que va bien con todas la vocales, con la A, DA, que siempre es bien recibida, excepto cuando es una mala noticia; con la E, DE, preposición propia y también DE los DEmás; con la I, DI, y no te calles, que estamos en Democracia, con la O, DO, que es la negación acatarrada; y con la U, DU, para que conozcas el espacio... del disco duro.

Por cierto, ¡parece una letra tan generosa en el verbo "dar"! Todo es dado, y yo me quedo anona-dado, mientras observo el envite azaroso desde el cubilete que es la vida.

¡Ayyyy! Hay ahí una cosa que me encanta, moda de este eón ciberredsocializado, y son... ¡las caritas emoticonadas con la letra D!. ¿Qué me muero de risa? XD, ¿qué además tengo ojitos? : D ¿Y la Nintendo? DS...

Ciertamente, como heterolípido insaponificable del grupo de los esteroides que es, no podía faltar la... vitamina D. ¿De quién? ¿De Dana, la justicia? ¿De Delia, la casta? ¿De David, el amado? ¡Nooo! ¡Sino la que sale de las setas, del pez gato y de los huevos!. Por cierto, el pez gato... ¿tiene doble personalidad, es bipolar, géminis? ¿Hace algo..? ¿Nada...?

Hablando de nada, y de todo un poco, el otro día me miré al espejo y me vi azul. ¡Joder, que susto me llevé! Después me acordé de las gafas rojas que decía Kant, Immanuel Kant, que no era la chica de la peli del mismo nombre, sino un tipo de vida muy aburrida, y me quedé más tranquilo.

¿Por qué me vi azul? ¿Por pitufo? ¿Por tuitero? ¿Por beberme un barril de vino entero? No lo sé. Pero me vi muy guapo... muy... hummm...buenorro. Y me entró un primer pensamiento perentorio, como un ébola mental. ¿Soy así realmente? Es decir, ¿soy como me veo? ¿Y los demás, me ven igual que me veo yo a mí mismo?

Para salir de dudas, me hice una autofoto, un... selfie, para los que no saben español, y se lo envié a una amiga. Me dijo que me veía muy raro, muy feo, que por qué estaba amarillo si no era chino.

Segundo pensamiento perentorio: ¿Soy amarillo? ¿Soy azul? ¿Seré la bandera ucraniana? ¿Soy lo que parezco? ¿Soy lo que creo que soy? ¡¡¿Quién soy yo?!!

Doctos oyentes, la autoimagen es la representación mental que se obtiene de uno mismo, generalmente resistente al cambio (como la picaresca española) y que representa tanto los detalles objetivos observables por otros, como los elementos propios que se han aprendido acerca de sí mismo, ya sea por experiencias personales o por la internalización de los juicios de los demás.

La autoimagen es esa fotografía interna, frecuentemente falsa (como un selfie con photoshop) que tenemos de nosotros mismos y que está presente cada vez que Shakespeare piensa “yo soy” o “yo no soy” y es la responsable de que Obama diga “yo puedo” o “yo no puedo”. Y se puede clasificar en tres tipos: La resultante de cómo me veo a mí mismo (inteligente), cómo otros me ven (tonto)), o cómo percibo que me ven los demás (psss, no lo sé, como soy un unicornio).

Amadas personas, no permitais que una autoimagen equivocada os haga infelices. Repito: no permitais que una autoimagen equivocada os haga infelices. Sed coherentes y tened sed de coherencia.

Y esto me lleva a un tercer pensamiento perentorio: La souciedad, queridos amigos, es un calidoscopio visto por un gusano de 100 ojos. ¡No os creais la foto que la gente pone en su Facebook, porque no se la creen ni ellos!

Enviadnos vuestras perrerías y vuestros ladridos al programa para que podamos compartir sugerencias, geypermans , sofocladas, vaginas, lo que creais más oportuno. Pero nunca abusos. Por favor, abusos no. Junto con los polítitontos corruptos y la cerveza caliente, los abusos es lo que más odio en el mundo.

Allí donde esteis, sí, a ti, y a ti y a ti también. Allí donde esteís, mi corazón está con vosotros. Porque en la perrera nos gustan todos. y nos gustan tanto, que nos gustan hasta los dodos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario