jueves, 4 de diciembre de 2014

poesía nº 225

Allá donde vayas mi pensamiento
Te encontrará, una mirada sin más
Ropaje que la luz de su creencia
En ese encuentro entre tu esencia y mi paz
Será el único testigo que anuncie
La nueva buena y sepa la verdad,
Que no mienta y que me diga que todo
Aún es posible si se intenta (alcanzar)
Siguiendo tus pasos, los mismos que
Labraron el camino donde más
Tarde te habría de amar. Vaciaré
El espacio eterno de todas las
Sombras que molesten y no dejen
Respirar, del frío, del calor, de la
Noche, del día, de la alegría,
La tristeza, el dolor o la felicidad;
Lo vaciaré para que esté desnudo
De todo, excepto tú, y allí anclará
Mi conciencia errante, cansada de
Buscarte siempre sola por este mar
Lacerante de duda y ola muda
Que no acaba por romperse nunca al final,
Que rueda y rueda ruda gritando
Su amado pecado original
Sin nombre y sin edad, sin culpa alguna,
Con amargura, y sobre todo banal.
Así será como te encuentre mi
Pensamiento. Así. Así será;
Y entonces podré volver con intención
Renovada de nuevo desde el lugar
De donde provengo, con voz domada,
Y sabré que la promesa es verdad,
Que no miente, lo que pretende,
Sabré que la promesa es empezar.

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