sábado, 8 de noviembre de 2014

Y la sociedad somos todos… EL ASPECTO PSICOLÓGICO DE LAS ENFERMEDADES

Después de estar reunido con muchas asociaciones de enfermos y distintas patologías específicas, he llegado a la conclusión de algo que ya intuía, algo que tienen en común casi todos los afectados, y es el efecto psicológico que en ellos produce la nueva situación.

Muchas de las enfermedades o patologías que se sufren son físicas, pero sus consecuencias son tanto físicas, como psicológicas. Y esto se produce por la nueva percepción que se tiene de uno mismo, y también por nueva percepción que la sociedad proyecta de la persona afectada. La incomprensión, el aislamiento, e incluso el rechazo, pueden ser pautas que la sociedad realiza con estas personas. Y la sociedad somos todos. En muchas ocasiones estas pautas se plasman en la pérdida de amigos, conocidos, actividades sociales, y consecuencias todavía más graves, como son la pérdida del puesto laboral, con la consecuente pérdida de poder adquisitivo y de nivel de vida.

Un día cualquiera, podría ser hoy, mañana, el año que viene, una persona cualquiera, podría ser yo, tú, o un señor que nos cruzamos por la calle, recibe una noticia, sufre un percance, podría ser cualquier circunstancia, que le trastoca profundamente la vida.

Una circunstancia negativa, algo que posiblemente le cambie su vida cotidiana, su presente y su futuro. Algo que no esperaba y que de repente, se convierte en el centro de sus pensamientos, sus actos y sus emociones.

Se da cuenta de que nada volverá a ser ya igual, y que posiblemente lo que viene será peor, o bastante peor, de lo que tenía. Es en este preciso momento cuando empieza a aflorar una gran ansiedad, angustia, y se entra en un estado emocional muy concreto que se llama depresión.

En todas las asociaciones que hemos visitado nos hablan de la ayuda psicológica. Una ayuda psicológica que proporciona, por una parte, un profesional (un psicólogo), y por otra, una ayuda tan importante o más, que es la de las personas que se encuentran, o han encontrado, en la misma situación.

Queremos incidir en este segundo aspecto. No existe mejor argumento que el ejemplo. Un ejemplo positivo es un refuerzo que imprime a la conducta la confirmación de la certeza. Si una persona lo puede hacer, si muchas lo han hecho, tú también puedes. Estas personas ejemplares te van mostrando que la meta a la que aspiras (normalizar tu vida) es un proceso que va por fases, que cada fase requiere un tiempo y un esfuerzo, y que después de ir superando todas ellas, paso a paso, puedes volver a ser dueño de tu vida.

Algunas otras veces, desgraciadamente, y dependiendo de la patología o enfermedad, esto puede no ser posible. Aún así, la comprensión de estas otras personas que conocen en primera persona la situación personal, ayuda a aceptar la situación que se está viviendo.

Apostemos por las asociaciones, grandes y pequeñas, que se esfuerzan cada día por escuchar a personas que necesitan ser comprendidas, buscan recursos y servicios a situaciones muy específicas, y dan visibilidad a colectivos muchas veces desapercibidos, pero que existen y que tienen tanto derecho de vivir su vida como cualquiera de nosotros la nuestra.

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