domingo, 23 de noviembre de 2014

poesía nº 278

Paciente en el silencio su voz espera.
Adelanta la mano y después se mesa,
Raramente, el pelo tranquila.
A veces no está y sin embargo observa,
Mano sobre mano, la figura
Imperturbable de la persona serena
Que casi siempre sonríe
Un poco escondida detrás de su extrañeza.
Es tan pequeña la distancia entre una ausencia
Real y una presencia
Inadvertida que allí
Donde descansa el cuerpo delgado
A veces se oculta una mirada perdida.
Menuda, discreta tu armonía a la atención,
Ahora calla, mañana se oirá tu voz silente
Respirar más fuerte en el espacio vacuo de la vida,
Impaciente ante los sueños que se pintan de colores,
Ante la luz que despertará a la flor dormida.

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