jueves, 17 de julio de 2014

poesia 185

Cansado de escuchar la misma música. Los mismos sitios, los mismos encuentros. No quiero saber más de las buhardillas Sin ventanas, de penas de agujeros Negros, de muros invisibles, de… El polvo se amontona en mis sueños Y mis sueños en un rincón perdido. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo Hacer? Yo te miro y tu mirada Se acaba a lo lejos, Te miro y no puedo continuar, Lo sabes bien, pequeño Ángel caído y sin alas, Dulce doncella de cielo Sin brillo y sin estrellas Donde respiro y me estrello Y caigo y callo arrastrándome por El largo camino de tu reflejo. Estoy cansado, cansado, cansado. Estoy harto de sentir lo que siento Y de andar hacia un punto distante, De observar la calle de los recuerdos, La de mis imposibles, imposibles, La que no tiene nombre ni suelo, La que ni siquiera existe. Estoy cansado, triste, estoy seco. Busco y no encuentro nada. Busco, busco en el viento; En las cloacas, en tus ojos, Debajo de la cama y en el fuego. Busco… ya no busco, ya no merece La pena buscarte en el firmamento. Los mismos sitios, los mismos instantes, La misma hermosura, el mismo pelo, La misma búsqueda de siempre en Ninguna parte que hiere a hierro. ¿Qué puedo hacer, pequeña mía? ¿Qué puedo hacer si no puedo Ya ni querer lo poco que me queda? Te miro y callo, te observo. Una lágrima sobre la mejilla Y unos labios buscando un beso, Una caricia sobre el cristal Frío con los dedos tensos, Una mirada perdida, intento Tocarte pero solo es un espejo.

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