martes, 3 de marzo de 2015

poesía nº 85

Me dijo: ¡No te enamores de mí!
¿Cómo no quererla? ¿Cómo no amarla?
Resultó imposible no sucumbir
a ella, si era el sol de mi mañana.
No le hice caso. ¡Pobre infeliz!
¿Qué fue lo que me engañó? Tal vez nada...
¡Era tan hermosa! Imagen febril
de belleza, pupila iluminada,
noche serena estrellada de Abril,
luna llena, espejo de su cara,
miel de mis labios, amado jazmín...
me engañó y se fue, robándome el alma.
Ya me advirtió: ¡No me desees a mí!
¿Cómo no haberla querido? ¿No amarla?
Fue hermoso soñarla mía y ser feliz...
fue... un amanecer en mi mañana.

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