lunes, 9 de marzo de 2015

poesía nº 284

¿Perder la fe?
Mi pensamiento lucha por su intangible.
Deseando mi tacto su contacto deseado
duda sin querer la confianza
en la meta de aquello más amado.
Mi pie inspecciona el terreno.
Mi labio el viento que acarició tu mano.
La conciencia el cemento
que revoque el muro quebrantado.
A veces pienso acerca de mí mismo.
Los sueños, los anhelos, los problemas
del camino elegido en el mapa,
el eco del lenguaje
que modula el concepto;
la voz que quiere cantar
el detalle del sentimiento más callado.
Puedo perder la fe.
Puedo perder a Dios, la sonrisa.
Puedo perder el amor de una mujer.
La creencia como dogma
doma la paciencia que espera
silente la llegada del objeto inalcanzado.
Pienso en el tiempo que esculpe mi acción,
el fluir de su transcurso.
¿Es el tiempo un puñal en mi costado?
Entretenimiento existencial,
asumo la duda razonable
del límite del saber humano;
asumo la particularidad de la perspectiva propia.
Por ahora, sueño en la esperanza.
Y si mañana pierdo la fe en todo
caeré muerto al lodo,
(caminar ya significa creer en algo)
mi voluntad habrá dejado de existir,
y el amor que encendía mi ilusión
me habrá y habré olvidado.

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