domingo, 28 de septiembre de 2014

El diván de los buhos: La envidia

Hola queridos y amados escuchantes del diván de los buhos. Welcome to everybody. Bienvenue a notre radio. Soy Iñaki Marañón, y hoy en nuestra sección "la perrera" trataremos un tema que nos afecta en nuestra genética idiosincrática, y que yo, particularmente , lo siento como algo personal. Para alguien como yo, que se llama Iñaki, que su casa es el Molino de la Peña, ¡en el pueblo de Marañón!, y su país, España, la eñe conmueve los cimientos más internos de mi ser, y NO estoy hablando de mi aparato reproductor... el MP4, sino de una de mis señas de identidad. Todavía recuerdo buscar en un teclado en el extranjero la tecla de la eñe, sin encontrarla..., que por cierto, se escondía en ALT 164, que no era una nave nodriza, sino lo que había que pulsar para que tu felicitación navideña fuese eso, una felicitación, y no el deseo de que se tuviera un culo hermoso. Porque todos sabemos que no es lo mismo desear un buen año, que un buen ano, y menos aún un próspero año que un ano próspero. O... o difirenciar mano de maño, que lo primero es lo que te sujeta la entrepierna cuando te estás conociendo mejor a tí mismo, y lo segundo es alguien que está intentando romper una piedra a cabezadas. Chorradas aparte, la eñe, como los matones de toros y el jamón ibérico, forman parte de nuestra singularidad hispánica particular. Tal es así, que hasta nuestra selección de baloncesto, de la que éramos todos hasta que perdieron contra Francia, la llamamos la ÑBA. Quiero ahondar en este... inciso, en este requiebro aparentemente nímio y banal que es la selección de baloncesto. ¿Por qué perdieron los ÑBA..? Yo os lo diré.. ¡Por envidia! ¡No podían ser menos que los del futbol! ¡Eso sí que es español... la envidia. Y no los toros, que hasta los he visto en la cultura minóica! ¡La maldita envidia que corroe el alma y te hace ser más falso que el Iphone de jesucristo! La envidia del vecino, del compañero, de tu hermano, del astronauta que está girando, del de la silla y el de la mesa, de paquito el bollero, del de la chupa de cuero, del político, del bombero, del pringao y del looser...! Porque al final todos son unos envidiosos..., pero nosotros mismos, nosotros, ¿yo? ¡NO!. Que soy cojonudo... Cotilleo, chismorreo, criticar por criticar, opiniones sin criterio,¡ójala te estampes contra el suelo y te rompas las narices, te pille un camión lleno de hierro, tengas diarrea crónica y te pilles el escroto con la puerta de ese coche tan bonito que tienes¡ ójala! ¡...pero no te mates! que desear eso es de mala persona. ...Deseo tu coche, tu trabajo, tu mujer, tu belleza, tu juventud, tu dinero... Deseo ser tú. En la envidia, queridos envidiosos y envidiados radioyentes, al contrario del amor, donde nos gusta amar y ser amados, solo nos gusta una cara de la moneda, ser envidiado por los demás, que apreten los dientes y rechinen de mala baba, que a mí, los dientes, también me duelen... Amada persona que te encuentras ahí,al otro lado, ¿tienes envidia? ¿Por qué? ¿Quién te hizo pupa? Los ricos también lloran, a los guapos se les rompe el corazón, los jefes también son despedidos, y a Bambi, ¡a Bambi! se le murió su madre. Porque en todas las casas cuecen habas, y en algunas... a calderadas. ¡La vida es un ratico que merece la pena ser vivida desde nuestra propia perspectiva! Queridos y queridas escuchantes, teneís que llenar vuestro corazón de amor y de bondad. Repito: llenar vuestro corazón de amor y de bondad. Bon-bon. Bon-bon dad. Demos amor, hagamos amor, fabriquémoslo como pastillas avecrem que potencien el sabor de la vida. No nos dejemos atrapar por la ilusión de lo ajeno, del holograma que parece, pero no es, todo lo que aparenta. Buscad dentro de vosotros mismos la semillita pequeñita que haga crecer la afirmación de lo propio. Por todo esto y mucho más, reivindiquemos la eñe, exportémosla a otros abecedarios como pendón y buque insignia de nuestro léxico. A todos los Iñakis, Iñigos, Ariños, Cariños, de Cariñena, De la peña, empeñados y dañados, encoñados, engañados,dañinos, niños y ñus¡soñemos, coño! gritemos todos juntos ¡Eñe, eñe,eñe! Que nos oigan en Cerdeña, en Valdepeñas, en Bretaña, en malasaña y hasta los portorriqueños. ¡Que admiren nuestra ene con ceja! ¡Que nos admiren y que se pongan rojos de envidia! Enviadnos vuestras perrerías y vuestros ladridos al programa para que podamos compartir animaladas transgresoras, descabelladas, sutiles, amables, lo que creaís más oportuno. Pero nunca falsas. Por favor, falsas no. Junto con las calientabraguetas y mi duda razonable sobre la existencia de Dios , la falsedad es lo que más odio en el mundo. Allí donde esteís, sí, a tí, y a tí y a tí también. Allí donde esteís, mi corazón está con vosotros. Porque en la perrera nos gustan todos. y nos gustan tanto, que nos gustan hasta los ñoños.

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