domingo, 24 de mayo de 2015

El diván de los búhos: la alegría

Hola queridos y amados escuchantes del diván de los búhos. Welcome to everybody, bienvenue a notre radio. Soy Iñaki Marañón, y hoy en nuestra sección "la perrera" nos congregamos agigantados para girar y elogiar un signo que origina un guirigay.

Un guirigay, porque agrega sonidos desiguales y singulares resignados a la vocal chonguenga que le acompañe. Y es que la G es una letra gongorina. Hija de la C. Reflejo irregular de la J. Juerga bígama de la ortografía. Gregaria greguería egregia.

Mayúscula, refulge fulgurosa dándome sol. Minúscula, droga, gramo a gramo. Y hogaño, gigas, agrandándose de año en año con el dios de la G, google. Una gorgona demagoga que con su guzgo gluglú se lo traga todo, desde Giggamesh hasta el reggaeton, y al que un día gazgaz entregaremos nuestra inteligencia ingresando una ganga como pago.

Nadie hay que tenga más ges que el Guggenheim. Excepto un gallegoportugués haciendo jogging. Ni número más grande que el de Gugol, excepto el número...¡G! de Graham, el número más grande jamás imaginado, que de tan grande, me deja grogui.

Con cuatro, tiene su radio, y su generación de móvil. Con su punto, el placer. Y con el griego, su yogurt; y su historia, ¡llena de anales! ¡Ayyy! Letra G, Je,je,je, ¡Qué gracia tienes!. Como la gringa Lady gaga bailando bugui-bugui entre colegas. Como un galgo en una guagua haciendo gárgaras colagogas.

La G nos otorga su alegría para aguantar la vida con su energía y su valor. Y es que alegría significa eso, "vivo, animado" tal que un dibujo en movimiento, lleno de color. Concretamente el color amarillo. Corre, corre, que te pillo. Y el niño, alegre, sonríe divertido alejándose del epicentro del averno. Junto con el miedo, la ira, el asco, la tristeza y la sorpresa, es una de las emociones básicas, y por lo que parece, la única netamente positiva, cual doping de eso del cielo, los asterorides.

Querido radioyente amigo, ¿crees que es difícil estar alegre hoy en día? ¿Eres alegre? ¿Estás alegre? La diferencia entre el ser y estar es importante, porque una permanece inmanente, y la otra, solo es un rato, como Rodrigo, el ganster maligno de Bankia.

La alegría es más deseada que el dinero. Y sin embargo, anteponemos lo segundo a lo primero, pensando que el poderoso caballero nos traerá el gozo en una ingenua transacción meramente mercantil. Yo, como vagamundo profesional que soy, no lo sé. Lo que sí sé es que la alegría es una forma de caminar, de vagar y de llegar. No es el gol, sino la forma de originarlo. Y si además lo metemos, mucho mejor. Porque si jugar esta bien, ganar tiene que ser la hostia.

Parecerá mentira, pero la alegría se trabaja. Incluso se puede trabajar con alegría, sobretodo si tu trabajo es catador de cervezas. Una sugerencia: sonreid, y utilizad un lenguaje positivo. Repito: Utilizad un lenguaje positivo, porque todo se pega, menos la belleza. Y para eso ¡ya está photoshop! Que aunque la mona se vista de seda, santa Rita rita, lo que se da, no se quita.

Remitidnos vuestras perrerías y vuestros ladridos a perrerasladradas@gmail.com, para que podamos compartir gori-goris, ginsengs, églogas, un gongggg. Lo que creáis más oportuno. Pero nunca estereotipos. Por favor, estereotipos, no. Junto con el darse por vencido, ¡y perder un billete premiado con el gordo de navidad! los estereotipos es lo que más odio en el mundo.

Allí donde estéis. Sí, a ti, y a ti, y a ti también. Allí donde estéis, mi corazón está con vosotros. Porque en la perrera nos gustan todos. Y nos gustan tanto, que nos gusta hasta los pogos.

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