sábado, 18 de octubre de 2014

poesía nº 207

Y sin embargo no puedo olvidarte, Dejarte a un lado y marcharme Lejos sería atentar contra la otra parte De mi alma. Además, sé que mis zapatos Volverían para atrás en busca del Recuerdo de las alegrías dejadas En el camino andando. Cómo no querer Tenerte, no es que no puedo, es que Ni quiero olvidarte, quemas al agarrarte Pero no hay más y algo hace falta. Y me preguntarás que por qué y yo Te responderé que no lo sé, Porque ésa es la respuesta correcta Y la única verdadera. Y después jugaremos Sin nombres, sin fuego no hoguera. Déjame estar, bucearé un poco Por la mañana sin meter ruido al cerrar La puerta del balcón o el cristal de la ventana, Porque el amor (no hablemos del amor, ahora No, no es esa la palabra ni el dolor) porque el amor, Digo, no busco su esencia sino su apariencia Ya que sé que en ti no hay de eso Y por lo menos tendré un caramelo Y no una postal de tu imagen por radiografía; ¡qué tontería! ¿no? pero no hay otra solución. De verdad te lo expreso, te lo juro Y te lo afirmo desde lo más oscuro De mi ánimo, pero no hay besos Y sin eso el combustible se me acaba Para calentarme en invierno. Se apaga, lo presiento, Y yo sin decir lo que en realidad Siento por ti. No te lo diré porque no lo sé, Pero sí sé lo que quiero y lo que quiero Es callarme para después comerte Con esta boquita que se muere Por lamerte y por besarte, Porque a falta de conocimiento De la frontera entre amor y deseo Prefiero quedarme con los dos Para después elegir entre lo uno Y lo otro, lo primero o lo segundo, Lo segundo o lo primero, o mejor No hacerlo, como sueña Para sí el mundo entero.

1 comentario:

  1. Me encanta poder quedarme con los dos y no elegir, ya elegirán ellos mismos, o uno u otro, o el momento del destino que nos toque con su magia.

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