martes, 3 de mayo de 2016

poesía nº 271

Escucha el silencio de un alma atormentada.
Escucha el silencio de un alma que se acaba.
Escucha el silencio.
Escucha el silencio de la voz que contó en la mañana,
y que a la tarde,
y después en la noche,
se dejó de oír mientras se ahogaba.
Escucha el silencio sincero.
El silencio que oye.
El silencio que se siente.
El silencio que grita nuestras faltas.
Escucha el silencio.
Porque es él, y no otro,
quien hoy me dice en silencio
que fue ayer el tiempo en que tú estabas.

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