sábado, 20 de febrero de 2016

poesía nº 101

Bebo por beber
y tanto alcohol ingiero
que en mis venas solo tengo
gotas de ese extraño poder.
Alcohol que engrandece
mis delirios soñadores
de dioses y grandes señores
que mi persona no merece.
Bebo hasta reventar,
compañera siempre ella
durmiendo a la vera de la botella
creo empezarla a amar.
Sueños de una droga,
ilusión vana,
despierto al alba del mañana
cuando la muerte por su intento aboga,
intento sutil en forma de bebida insana
que en su interior hilvana
con seda a mi cuello una soga.

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