domingo, 5 de julio de 2015

poesía nº 249

En la calle, en la acera,
busqué el camino que siguiese
en mí sin mí,
una duna de arena
cuyo límite no fuese mi condena
de esperar,
esperar.
¿Quién edificó un castillo dentro de mi cuerpo?
Un castillo de cartas,
unas cartas de papel,
papel mojado y roto
cuyas letras terminan siempre por desaparecer.
Y ahora aquí te busco,
Forma de mujer,
ansiando alquilar una habitación en ti
para que pueda dormir
al menos una noche en ella,
sentir tu piel por almohada.
¿Crees que me conoces?
¿Me conoces de verdad?
¿Crees en la verdad?
¿Has escuchado alguna vez de mi interior todas las voces?
Sin duda no lo dudo,
ya lo sé,
sé que no,
que no has escuchado la tuya,
la más bella,
la más pura,
la que engendra la hermosura en mi interior
y que nunca se calló.
Y ahora aquí te busco
en forma de mujer,
metáfora de amor con rostro femenino,
buscando mucho más
de lo que jamás encontraré, creo,
y perdiendo mucho más de lo que tengo.
En la calle, en la acera,
quise el camino que siguiese
en mí sin mí,
al menos una sombra de mi estrella,
y no supe hallarla, creo,
porque después de todo eso
solo me quedé con una sonrisa tonta y vieja.

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