domingo, 17 de mayo de 2015

poesía nº 259

Pude buscar tu nombre en mi fichero personal.
Sin embargo, ya sabía que no lo encontraría.
Por olvidarte borré tu huella
y por intentar olvidarla no pude escaparme de ella.
Cuando quise abandonarte viniste
y ahora que me dejaste veo que nunca te fuiste.
A veces me levanto y pongo la tele por no estar solo.
¿Cuánto dura el tiempo que parece no se acabará?
¿Cuál es la duda que arruina esta vida mía?
¿Quién me dirá que mi sonrisa dura todavía?
Amo tanto la vida que me duele el solo hecho de sentirlo.
Y después cuando me besan todos en la mejilla
pienso que algo hice mal
porque ninguna me besa como yo quiero que me besen.
¿Quién será la luna llena de mi noche clara?
¿Quién me amará hasta saciarme sin pensar en nada?
Ahora sé que lo que hice no valió mucho,
estoy ducho en esto que es la vida
que por querer ser algo no vale apenas,
y tengo tanto que quiero decir
que naufrago en la vera de mi intención pasajera.
¿Te acuerdas?
Ya no.
Tu vida se movió por el viento
que a mí me hizo arriar la vela.
A veces me levanto y pongo la tele por escuchar una voz.
Una cara extraña para un tiempo que escapa veloz
y me recuerda que lo que pasa no vuelve
por mucho que se quiera.
Amo tanto la vida que la pierdo por intentar retenerla.
¿Me amas esta noche?
Yo sé que te estás muriendo
y no sé cómo hacer para que no te mueras.

martes, 12 de mayo de 2015

citas célebres (226)

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.
William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

Un ordenador es para mí la herramienta más sorprendente que hayamos ideado. Es el equivalente a una bicicleta para nuestras mentes.
Steve Jobs (1955-2011) Empresario e informático estadounidense.

La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.
Jacinto Benavente (1866-1954) Dramaturgo español.

domingo, 10 de mayo de 2015

poesía nº59

¿Cómo soñar con un sueño roto?
Con un sueño lleno de vacío,
con un sueño que no es nada, con un río
sin agua, interminable, sin coto.
Hoy he soñado contigo, sueño
roto, y he sentido la felicidad,
aunque solo en sueños. La verdad
está muy lejos, como un navideño
regalo par un niño sin paz.
Hoy he soñado con la esperanza
equivocando el sueño. En la faz
de lo divino he sentido estar.
Solo un sueño era, algo que no alcanza
a lo cierto, algo que me ha hecho... soñar.

chistes (219)

Yo no soy supersticioso. Da mala suerte.

- Doctor, me duele esta pierna
- Eso es cosa de la edad
- Ya, doctor, pero esta otra pierna tiene la misma edad y no me duele..

Dos amigos:
- Oye, ¿qué tienes pensado para las vacaciones de invierno ?
- Pues tengo ganas de ir a Moscú, como el año pasado.
- ¿Ah, pero fuiste a Moscú el año pasado?
- No, también tenía ganas...

Cómo hacer humor (15): ¿Por qué no se ríe la gente? (I)

¿En qué se parece una patata y un tomate…?
En que los dos son rojos, menos la patata…

Esto, aunque no lo parezca, para muchos es un chiste con bastante aceptación. He visto a gente reírse cada vez que lo contaba, o que lo oía. Curiosamente, casi siempre se ríen más las personas que lo cuentan que el que lo oye. Incluso a las mismas personas que lo han oído y no les ha hecho gracia contarlo más tarde y partirse de risa.

A veces me he preguntado por qué no se ríe la gente. Si es algo que le gusta a todo el mundo, ¿Por qué no lo hace? Pararse a pensar en esta cuestión puede hacerte avanzar mucho en la vida, o por lo menos no retroceder, que ya es una buena forma de avanzar. Creo que para esta pregunta hay varias respuestas, que tanto independientemente, como combinadas entre sí, pueden dar la respuesta adecuada. Intentaré responder a estas principales cuestiones, siempre desde mi perspectiva personal.

Porque no le hace gracia

¿Y por qué no le hace gracia? Esta pregunta tiene varias posibles respuestas. Cada una individualmente, como colectivamente, puede ser el motivo por el cual las personas no se rían.

Porque no

Aunque dicen que en el fondo todos los seres humanos nos parecemos, y es cierto, no somos iguales. Eso es algo evidente. Esta afirmación es también cierta para el humor. Por eso hay que entender que haya gente que tenga muy poco sentido del humor. Gente muy seria. Otra gente directamente negativa. También amargada. ¿Por qué? Motivos hay muchos, y todos entendibles.
Algunos han nacido directamente así. De igual manera que hay personas de dos metros de alto, otros con un cociente intelectual de 160 (o 60), también los hay que en su acervo genético parece no estar incluido el reírse. Ante esta circunstancia, lo mejor es no darle más vueltas y aceptar a cada uno como es, sin intentar cambiarlo.
Céntrate en buscar puntos de unión, de empatía, y si el humor no es uno de estos puntos, busca otros, igualmente interesantes (aunque probablemente no tan divertidos).

Por la trayectoria histórica

Cuando estamos con una persona, o un grupo de personas, existen varias posibilidades respecto a nuestro conocimiento sobre ellas. Podemos tener la información de lo que podríamos denominar una “fotografía”, es decir, solamente la información de ese momento determinado, sin saber el antes, la evolución de donde proviene esa instantánea, para nosotros “fija”. Desconocemos el pasado de esa situación. Solamente sabemos el qué.

Por otra parte, sí podemos tener la información de la evolución de los hechos, las ideas, de esa fotografía, por lo cual podríamos considerarlo ya no como una instantánea, sino como una “película”. En este caso sabemos el qué, y también el por qué.

Si uno no conoce esa trayectoria histórica, es posible que un elemento de humor que aparentemente sea recurrente en una situación, realmente no lo sea porque no encaja con la evolución que ha vivido esa persona, por lo que la “gracia” pierde todo su valor, e incluso se vuelve en contra de quien lo utiliza.

Por quién lo dice

Típica escena de película adolescente de sobremesa de una aburrida tarde de domingo cualquiera. El tonto del grupo (siempre hay un grupo y alguien considerado tonto dentro de él, aunque no lo sea) dice algo, pero la gente del grupo lo ignora completamente. En eso que llega el “líder” del grupo (que suele ser un tipo, guapo, o fuerte, o idiota, o todo a la vez) y dice lo mismo. Entonces todo el mundo lo aplaude como si hubiese descubierto la curación del cáncer.

¿Por qué muchas veces dice una persona una cosa y todo el mundo lo acepta efusivamente, y otra persona diciendo lo mismo de la misma manera parece un estúpido indeseable?

A mí, personalmente, me parece injusto. Aunque solo es mi opinión. Si es la misma acción, el resultado debiera ser el mismo, independientemente de quién haga la acción. Éste hecho se debe a un concepto interesante: la autoridad. La autoridad es, según la definición de la wikipedia “el nivel de influencia que tiene una persona sobre un colectivo. La autoridad también es el prestigio ganado por una persona u organización gracias a su calidad o a la competencia de cierta materia”. Es decir, por ser quien es ¿por qué? Esa ya sería otra cuestión.

Por tanto, es conveniente saber qué percepción se tiene de ti en el contexto en el que te encuentras. Si posees una situación “fuerte” y consolidada, los que te rodean estarán más propensos a tener en buena consideración tus acciones. Si tu posición es “débil” y frágil, la tendencia será a lo contrario. Y puede que no sea ni una cosa ni la otra, es decir, que tu persona sea nueva al grupo, lo cual puede ser una buena oportunidad de empezar a crearte una buena reputación si sabes aprovechar la ocasión.

sábado, 9 de mayo de 2015

citas célebres (225)

Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
Sigmund Freud (1856-1939) Médico austriaco.

Debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.

De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.

viernes, 8 de mayo de 2015

poesía nº 268

Por los pasos conozco tu camino.
Por los pasos conozco el deseo
que en tus pies imprimes al andar,
la duda de no encontrar el camino correcto
que te ayude a alcanzar la meta deseada.
¿Acaso tienes miedo?
¿Buscas la meta o es tu meta buscar?
Por los pasos conozco el camino que no caminas
y quisieras caminar,
el anhelo de un trayecto ilimitado,
el hecho de querer un aire nuevo
que insufle la voz para llegar.
Caminante dubitativo,
algún día querrás elegir la senda
y verás que ya no puedes,
que quizás la duda era tu camino,
tu forma de caminar,
y que al dejar de lado la indecisión
se borró la esperanza de cambiar
la llegada por otro destino más amado.
Algún día tus pasos serán más rápidos, más claros.
Y ese día, cuando llegue (si es que llega),
ya no conoceré tu camino,
yo me habré quedado atrás,
porque mi camino son mis pasos indecisos,
los que no saben de horizontes,
los que solo caminan porque les gusta caminar.