sábado, 26 de abril de 2014

Cómo crear humor (6º): Humor negro & humor blanco



El humor negro

1. La mamá le dice a la niña ciega:
- Y si te vuelves a portar mal, te cambio los muebles de lugar.

2. ¿Qué hace un leproso tocando la guitarra?
- Carne picada.

3. ¿Cómo abren los botellines de cerveza los somalíes?
- Con las costillas.

4. Dos hermanitos de 4 años peleándose:
- Jajá... yo me voy a Disney y tú ¡nooooo!
- Si... pero yo no tengo leucemia.


¿Te ha hecho gracia? Quizás sí. O quizás no te ha hecho ningún tipo de gracia. Seguramente dependerá de tu sensibilidad para alguno, todos, o ninguno de los temas que toca.

 En principio, reírse de las cosas no tiene por qué ser malo, especialmente si lo haces en privado. Pero ten mucho, mucho cuidado, con este tipo de humor, el humor negro, especialmente si lo haces en público, y sobre todo ante gente desconocida.

El humor negro es definido por la wikipedia de la siguiente manera: “Es un tipo de humor que se ejerce a propósito de cosas que suscitarían, contempladas desde otra perspectiva, piedad, terror, lástima o emociones parecidas. Cuestiona situaciones sociales que generalmente son serias mediante la sátira. El asunto más recurrente en el humor negro es la muerte y todo lo que está relacionado con ella. Atañe los temas más oscuros y dolorosos para el ser humano y que, por norma general, suelen resultar controvertidos y polémicos para la sociedad porque están relacionados con la moral. Algunos ejemplos pueden ser: las grandes tragedias, las normas sociales, la sexualidad, los asesinatos, el suicidio, las enfermedades, la pobreza, la locura, el terrorismo, el racismo, la drogadicción, la violación, las discapacidades, la guerra, la religión, la política, etc., pero representados en forma cómica”.

Creo que es una definición bastante ajustada de lo que entendemos por este tipo de humor. Como se ha comentado en la definición el humor negro suele ser controvertido y polémico. Y es a su vez, un tipo de humor que une o separa más que otro tipo de humor más “light”. También es un humor que define a quien lo hace, y que tiende a posicionar moralmente a quien lo realiza, ya que muchas veces las personas no distinguimos entre un acto de humor independientemente de la moralidad de quien lo realiza.

Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con él, y aunque no suelo dar consejos, en este caso sí que aconsejaría que se conociera antes al público a quien uno se dirige, ya que de lo contrario puede acabar bastante mal parado.

Otro aspecto a tener en cuenta del humor negro se refiere al punto expuesto sobre si la situación no es la apropiada. Ya hemos comentado anteriormente que la situación puede ser inapropiada por el lugar, el momento, la dinámica, o la persona. No es lo mismo contar algo “ácido” en un contexto de tensión, que en una situación más relajada. Y el humor negro lo que tiene es que tiende a exacerbar, a no dejar indiferente, por lo que una situación negativa puede aumentarla.

                No obstante, quiero decir que no soy yo quién para decir lo que está bien o mal, simplemente lo comento por “probabilidad estadística”. Creo que la autocensura no es cosa buena, y si ya nosotros mismos somos los que nos ponemos barreras desde el primer momento, entonces podemos llevar la autocensura hasta un límite que no nos permita expresarnos. Por eso habrá que conjugar siempre nuestra libertad de expresión con lo que “conviene” si no quieres crearte problemas innecesarios. Todo lo demás, ya depende de ti.

Humor blanco

- Mamá, mamá, ¿por qué la novia va vestida de blanco?
- Pues... porque este es el día más feliz de su vida.
 - Ah... y dime, ¿porque el novio va vestido de negro?

¿Qué hacen dos pollitos cerca de un restaurante de pollo asado?
Viendo una película de terror.

¿Qué es una bodega?
La mamá de los bodeguitos…


Podríamos decir que es el contrario del humor negro. Es el más políticamente correcto. No contiene connotaciones ni denotaciones negativas. Huye de la burla, ironía, sarcasmo, machismo, cinismo, sexismo, racismo, etc. Es educado y constructivo, casi con valores educacionales. Es apto para todas las edades.

El humor blanco por todo lo que se expone en este libro, es el prototipo de humor que se puede desplegar en una fiesta o reunión sin riesgo de ofender ni escandalizar a ningún concurrente.
Si estás en un sitio donde no conoces a nadie, este tipo de humor es el mejor, porque es neutro, no ofende a nadie, y sin embargo te permite animar el ambiente, a la vez que te aporta una imagen positiva como persona con sentido del humor, educada y respetuosa.

El único posible inconveniente que puede tener (por ponerle alguno) es que, dependiendo con quién estés, puedas pasar por ingenuo y demasiado “light”.

citas célebres (91)



Un hombre ha de mantener su amistad en continua reparación.
Henry Fielding (1707-1754) Novelista, autor teatral y jurista inglés.

La ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones y la fuente de vida de todo progreso.
Louis Pasteur (1822-1895) Químico y microbiólogo francés.

Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro.
Camilo José Cela (1916-2002) Escritor español.

Recuerda siempre que tu propia resolución de triunfar es más importante que cualquier otra cosa.
Abraham Lincoln (1808-1865) Político estadounidense.

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.
Joan Baez (1941-?) Cantante estadounidense.

viernes, 25 de abril de 2014

chistes (67)


-Doctor, doctor antes sufría de amnesia,
-¿y ahora?
-Ahora no me acuerdo.


Un amigo a otro:
-¡Hay que ver la de locos que hay por el mundo!
a lo que responde el otro:
-¡A mí me da igual, como soy invisible no me ven!

Cómo crear humor (5º): Reírse de uno mismo


(Ríete  de tus propios errores antes que de los errores de los demás)
 
¿Te has reído alguna vez cuando has visto a alguien tener una caída tonta? No me mientas… y si el tortazo ha sido realmente estúpido, aunque se haya dejado los dientes, te habrás reído todavía más. ¿Y cuántas veces te has reído cuando te has caído tú, especialmente si los dientes eran tuyos?

Quien me oiga hablar se dará cuenta rápidamente que hay una letra que pronuncio mal. Bastante mal, por cierto. De pequeño mis padres me llevaron durante 4 años ¡4 años! a varios logopedas, y al final conseguir decir, no con poco esfuerzo, la susodicha letra. Como estás leyendo un libro, este pequeño defecto no se aprecia.  La letra, como no podía ser otra (puede ser otra, pero para mí siempre será ésa) es la R. ¡Errreeeee! ¡Errreee! Como también de pequeño me hacían repetir la consabida frase “el perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Rodríguez se lo ha cortado”, cuando ya de adulto, me metí a monologuista, en mi primer monólogo (sobre perros, que tiene gracia la cosa), la frase que sufrí durante mi infancia  fue, lógicamente,  introducida, y puedo asegurar que es uno de los puntos álgidos de la actuación. Y casi nunca falla.

A nadie nos gusta que se rían de nosotros, especialmente cuando las cosas duelen, y me refiero tanto al dolor físico, psicológico o emocional. Si tienes la osadía de reírte del error de alguien, especialmente si no existe la confianza suficiente, te aconsejo que primero te pongas tú como ejemplo. Alguien que es capaz de reírse de uno mismo sin complejos y en su justa medida tiende a simpatizar más con los demás porque demuestra que tiene sentido del humor. Eso sí, y esto es importante, no hacerlo de forma ostensible porque si no puedes dar pie a ser un hazmerreir, ya que hay personas que confunden las cosas y esto les motiva a querer ensañarse con los demás.
En el fondo, a la gente no le importa tanto que se rían de uno mismo cuando se equivoca, lo que le importa es sentirse ofendido en su dignidad. ¡Intenta que la otra persona salve su propio prestigio!
 Por ello, si consigues salvar su dignidad señalando el acto como “tonto”, no la persona que lo ha realizado, entonces habrás conseguido no solo  que no se ofenda, sino que se sienta más afín a ti. Y qué mayor grado de afinidad que manifestar que a uno mismo le ha pasado alguna vez. Al fin y al cabo, casi nadie se toma a sí mismo por tonto, excepto, por una parte, los muy sabios, y por otra, los que son tan tontos que ni se dan cuenta de ello.
También depende respecto a con quien te encuentras, como todo. Debes estar seguro que no lo utilizarán como arma arrojadiza contra ti, y posiblemente, antes de hacerlo, debes estar bastante seguro que tu buen crédito ha quedado anteriormente demostrado. Como en casi todas las circunstancias de esta vida, la primera impresión es importante, porque solo hay una oportunidad de crear una primera buena impresión, y es preferible que ésta sea consistente antes de embarcarte en estos berenjenales. 

Reírse de uno mismo suele implicar hacer una parodia de sí mismo, por lo que la imagen puede quedar resentida. Por eso, primeramente  tu imagen debe ser fortalecida, para si después quieres darle un pequeño “meneo”, que sus cimientos no se vean afectados.

                Si uno decide reírse de uno mismo, puede hacerlo de varias formas:

Una forma inteligente es decir exactamente lo contrario de lo que uno es. Eso sí, anteriormente ya ha debido quedar patente lo que es uno. Importante no confundir esto con falsa modestia, que eso a la gente no le suele gustar, porque puede parecer chulería. Si tú eres el mejor futbolista del mundo no digas “un futbolista tan malo como yo”, porque la gente entenderá, y con razón, que más que humilde eres chulo. Las cualidades no físicas suelen dar lugar a mayores malentendidos, no así  las cualidades físicas, que son evidentes. Un ejemplo claro, si un tipo de 140 kilos de peso dice “gracias a mi delgada figura y fino talle…” demuestra que se toma esta característica suya no muy valorada en esta sociedad (por desgracia los estándares estéticos son muy restrictivos hoy en día) con, por lo menos, un cierto sentido del  humor.

Otra forma es exagerar ostensiblemente una cualidad que se tiene. Con esto también hay que tener cuidado, porque alguien no muy perspicaz puede pensar que realmente lo dices seriamente. Por eso las cualidades físicas son más sencillas de entender. Otro ejemplo, si una persona de 2 metros de altura dice “gracias a mis 3 metros y medio de altura…” evidencia, que aunque es alto, es imposible que tenga esa estatura.

poesía nº 106



En la cara reflejaba
toda su contrariedad
y pensando lo que menos
deseaba, deseó acabar.
Triste estaba su dulce alma
añorando a su amar,
sintiendo que ahora en un momento
que lo hermoso iba a expirar.
¿Qué fue aquello, que tanto odio
como amor hizo juntar?
¿Qué fue, sino desengaño
de volver a empezar?
Ver morir a la esperanza...
¡No había posibilidad!