domingo, 8 de marzo de 2015

El diván de los búhos: el humor

Hola queridos y respetados radioescuchantes del diván de los búhos. Welcome to everybody, bienvenue a notre radio. Soy Iñaki Marañón, y hoy en nuestra sección "la perrera" realizamos un recorrido realmente relumbrante,, alrededor de una letra honrada y desarrollada a partir de su raíz grecorromana.

Sin duda, nos referimos a la R, Un sonido que cuando lo pronuncian ciertas personas, como los rusos y los ruandeses, suena raro, raro, raro. La R recorre una parrilla casi irreal de diversidad en su dispar ramillete de pronunciaciones. Cambia mucho. Porque no es lo mismo. Paro que parro, pero que perro, piro que pirro, ni poro que porro. Porque no es lo mismo el cantante Rafael... a saber ¿qu´ hara? a la cantante Rafaella Carrá. Ni por supuesto es lo mismo, ERRE que ERE, a mi jode la primera, la segunda, a muchos más.

Asimismo, la R es una herramienta muy recurrente para para darle una vuelta más de tuerca a las cosas. Coges y recoges. Corres y recorres. Hacia y reacia. Al y real. Zeta y receta. Cuerdos y recuerdos. Y por supuesto, mero y remero, que son dos meros juntos. Además, es muy responsable ecológicamente, porque reduce, recicla y reutiliza.

¿Y que decir del irrepetible toque de acento alemán que imprime a las frases y que en ejemplos como Perroo... ¿Quierres que aderrece las cirruelas parra hoy o parra Enerro? rememoramos retazos de la divina Merkel? Por cierto ¿su nombre es Angela o desangela?

Como Romeo la conocen en el cielo, siempre buscando a Julieta. Y ella, con f le disfraza, con d le droga, con c le crucifica, con g le engrasa, con t le atraviesa, con p le preocupa, y con b le abrasa en sus abrazos.

Su aportación a la cultura popular ha sido grande, especialmente en refranes y trabalenguas. Pero cuando alguien te exige que digas... el perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Rodríguez se lo ha cortado. Repito: el perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Rodríguez se lo ha cortado, uno tiende a pensar que ¡vaya hijo de puta el tal Ramón Rodríguez!, y ¡menudo cabrón el que inventó el trabalenguas!

Reconozco, no obstante, que este tipo de riñas dejaron su rúbrica en mí . Entre matar a todos y aceptar la estupidez decidí lo segundo, y gracias a ello comencé a reflexionar al respecto, llegando a la conclusión de que el humor es importante. Amado oyente ¿te ríes? ¿te hacen gracia las cosas? ¿crees que tienes sentido del humor? ¿Y a los demás, que les parece?

Para mí, el sentido del humor es tan importante que casi todo me lo tomo a broma. Siempre hay que rastrear la perspectiva que quite hierro al asunto, y el humor es un gran puente de acercamiento, digno de San Francisco. Quien no sabe reírse de sí mismo no sabe reírse con los demás. Si alguien me comenta que tres reses rumiantes reman rápidamente a la orilla del río mientras rumian rezan y ríen, yo respondo que qué cojones han metido al quesito de las vacas.

El humor nos junta. Nos separa. Nos hace amigos y malnacidos. Es barato para el que lo da y valioso para el que lo recibe. ¡Se liga con él!, dicen los feos. ¡Es una pérdida de tiempo¡ opinan los sosos. Los inteligentes lo aprecian. Y los extremismos, ¡los extremismos!, lo temen, y no lo comprenden. Pero eso es porque están errados, como un burro con herraduras.

Sin embargo, a todos nos gusta reír. Resulta risible el razonamiento,, pero no conozco y menos reconozco a nadie que no se ría nunca. Sí alguien agarra el interruptor que orienta correctamente esa corriente, derribará todas las torres. ¡Por favor, que me haga una copia!

Daría mi vida por un buen chiste. ¡Pero que el chiste mereciera la pena! De todas maneras,, como la vida ya es un chiste, prefiero reírme de lo bueno y de lo mejor. Lo otro, para el del caballo lento.

Remitidnos vuestras perrerías y vuestros ladridos a perrerasladradas@gmail.com, para que podamos compartir ron , borraja, vuestro coche de carreras. Lo que creáis más oportuno. Pero nunca odio. Por favor, odio, no. Junto con las revisiones rectales y un tozolón en el esbarizaculos, el odio es lo que más odio en el mundo.

Allí donde estéis. Sí, a ti, y a ti, y a ti también. Allí donde estéis, mi corazón está con vosotros. Porque en la perrera nos gustan todos. Y nos gustan tanto, que nos gustan hasta los rorros.

La urraca en la nieve (extracto) F. Javier Plaza

No resultaba sencillo en ocasiones trabajar a su lado. De todas sus costumbres o manías sin duda alguna la más sorprendente, y desagradable a un tiempo, era la facilidad con la que intervenía su pincel en mis obras a la mínima ocasión. Tan pronto como consideraba que debía perfilarse más tal o cual contorno corregía sobre el lienzo aquel supuesto defecto. La primera ocasión en que me aplicó su singular ayuda lo hubiera asesinado y él no comprendía el motivo de mi enfado. Más tarde, conociendo y conviviendo con otros artistas de su entorno, comprobé que tan desagradable práctica resultaba de lo más habitual, aunque no por ello menos chocante.

- Hazlo tú, a ver que tal te queda -me respondió el día en que opiné sobre las ondas que formaba una hoja en el charco de su lienzo. Trabajaba en su serie sobre charcos, yo prefería decir sobre el agua.

Como decía me ofreció su pincel y yo miré su rostro dudando de la sinceridad de la propuesta. Sentía que el encargo me quedaba grande y decliné la invitación. Más tarde en alguna ocasión había colaborado en sus lienzos pero generalmente lo evitaba. A pesar de ello encontraba un espectáculo de lo más interesante observar cómo dos o tres de mis colegas discutían, pincel en mano y retocaban lo añadido por el anterior:
-Esa sombre está muy difuminada -y Victor le añadía color.
-No tanto -opinaba Pierre, y la remarcaba ligeramente.
-Vaya mierda, no tenéis ni idea - respondía Yves, antes de, con su pincel, restituir la inconsistente sombra a su estado original.


Extraído de la novela "La urraca en la nieve" de F. Javier Plaza

http://www.casadellibro.com/libro-la-urraca-en-la-nieve/9788494278457/2433470

poesía nº 133

Hoy el sol se quedó en su cama.
Las calles no fueron las de ayer.
Me senté en un banco y miré hacia arriba;
No había cielo, no quedaba en qué creer.
Llovió. Fue de noche. Hoy me dieron
La espalda las horas, el suave viento,
La luz. Llovió y me fui destiñendo
El alma, con dolor duro, lento.
Fue un banco marrón, de hierro oxidado
Por la lágrimas de los que no fueron,
Quien bebió mi pena a grandes tragos.
Sed de amor de quienes no lo tuvieron.
Llovió pena amarga de quien solo huye
Hacia adelante sin mirar atrás.
Lluvia negra. Lluvia hiriente. Lluvia.
Llovió sangre seca. Llovió el jamás.
Miré alrededor y me encontré solo.
Vacío. Nadie más que yo en el mundo.
¡Triste mundo mierda! Solo yo en él,
Como en los cartones el vagabundo
Que murió de frío, estuve. Lloré.
Lloré sangre seca. Lloré el jamás.
Me levanté y no estabas, mujer.
Miré y no te vi. No había nadie más.

sábado, 7 de marzo de 2015

chistes (204)

- El mes pasado contraí matrimonio
- Contraje
- No te jode. No iba a ser con chándal.

- Pues hoy he echado un partido de basket con los amigos.
- ¿y cómo habéis quedado?
- Por Wathsapp.

- ¿Que hay para comer?
- Una deconstrucción de huevo y patata crujiente al toque de ébano.
- ¿Se te ha quemado la tortilla no?
- Como un tizón.

viernes, 6 de marzo de 2015

citas célebres (207)

Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo.
Mario Benedetti (1920-2009) Escritor y poeta uruguayo.

Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático francés.

Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ése es su arte.
Doménico Cieri Estrada (1954-?) Escritor mexicano.

poesía nº 55

Un suspiro y una flor, un ramo
de ilusiones y una negación,
una lágrima, infausta decisión,
un por qué, un no sé, un yo te amo.
Un por favor, un lo siento, un no miento,
otra lágrima resbalar, un sueño
sin dueño, un pobre sentimiento isleño
en un mar de esperanzas sin aliento.
Un te quiero, un silencio, un sollozo,
un silencio, un momento, una mirada,
una ingenua sonrisa... o su esbozo.
Un suspiro y una marchita flor,
paso adelante, ¿Una respuesta? nada,
una media vuelta, un adiós, amor.

miércoles, 4 de marzo de 2015

la urraca en la nieve (extracto) F, Javier Plaza

-¿Qué, mala noche? -gritaba siempre al hablar, o al menos eso me pareció entonces.
- La noche estuvo bien -respondí -, el problema está siendo la mañana.


Extraído de la novela "La urraca en la nieve" de F. Javier Plaza

http://www.casadellibro.com/libro-la-urraca-en-la-nieve/9788494278457/2433470