jueves, 20 de noviembre de 2014

citas célebres (179)

La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido.

Anónimo



Todo hombre alimenta un secreto sueño, que no es la bondad ni el amor, sino un desenfrenado deseo de placer y egoísmo.

Gabriele d' Annunzio (1863-1938) Escritor italiano.



Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.

Emil Michel Cioran (1911-1995) Escritor y filósofo rumano.



Decir que en la vida no se puede amar más que una sola vez es pronunciar una de las tantas y de las mayores necedades, de las cuales se hace cada día culpable al amor.

Paolo Mantegazza (1831-1910) Antropólogo italiano.



La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.

Sir Francis Bacon (1561-1626) Filósofo y estadista británico.

martes, 18 de noviembre de 2014

poesía nº 188

Si me enajenas la cabeza
Y me enajenas la razón;
Si me enajenas los brazos,
La piel, los huesos, el corazón,
Las tarjetas de crédito;
Si me enajenas el sol
De la mirada, los sueños,
El recuerdo del ayer y del amor,
Los labios, la sonrisa, el suelo
Que piso, la máscara, el alcohol
Que me embriaga, la lluvia
Amante de mis lágrimas, el error,
La gloria, mis zapatos rotos,
El camino, el amigo, la flor
Enferma de otoño, el silencio,
El alma, la duda y Dios.
Si me enajenas todo y permaneces tú,
Lo que hay, lo que queda, soy yo.

citas célebres (178)

Si tú me amaras y yo te amase, ¡cómo nos amaríamos!.
Paul Géraldy (1885-1983) Poeta y dramaturgo francés.

El que la Biblia no tenga ni huella de humor es uno de los hechos más extraordinarios de la literatura.
Alfred North Whitehead (1861-1947) Filósofo y matemático angloamericano.

El arte es el hombre añadido a la naturaleza.
Vincent Van Gogh (1853-1890) Pintor postimpresionista holandés.

chistes (122)

¿Sabes cómo dejar a un tonto con la duda?
-No.
-Luego te cuento...

Llega colón y dice:
- ¡¡¡Soy colón y vengo a colonizaros!!!
Y dice uno:
- ¡¡Pues menos mal que no te llamas sodom!!

En la tierra media están dos amigos charlando…
- Oye, una cosa ¿por qué vas todo el día con ese anillo por ahí por los montes, no ves que este anillo te está jodiendo la vida? ¿Se puede saber por qué lo haces?, además te persigue un tipo que se llama Gollum mogollón de feo, pero ¿Por qué lo haces? Peleando y pasando peligro… en serio, dime, ¿Por qué lo haces?
Y le contesta el otro…
- Por hobbit…

lunes, 17 de noviembre de 2014

poesía nº 56

No hay mayor dolor que el de un hombre
llorando por su amor a una mujer.
Se desgarra impune el alma del ser
llevándose un sentimiento sin nombre.
Vaga solo sin rumbo ni destino
buscando consuelo a su pesar.
Busca en sus recuerdos algún lugar
donde descansar de su triste sino.
Expresa en sus ojos lo inexplicable,
en sus labios una esperanza muerta,
algo supremo, mortal, algo humano.
No hay dolor como un sueño inalcanzable,
como una puerta jamás abierta,
como el saber que su amor será vano.

“She only want to give me two flowers”

“She only want to give me two flowers”. Desconsolador. Eso le dije. Si me habían dado dos flores ¿por qué no le di ninguna a ella? Parece que no le molestó mucho. Sin embargo, hasta que varias semanas más tarde su orgullo de mujer herida no me recordó la mirada galante que entonces me otorgaba, no pude comprender la verdadera dimensión de mi acto. Dos hermosas flores de color púrpura. Tampoco fue mi culpa que estuvieran tres mujeres. Al fin y al cabo siempre hay una primera, una segunda y una tercera. Pero ser el último no gusta y menos ser última ante un hombre. Con una flor hubiera coronado a mi reina y con dos flores sólo conseguí una derrotada. Pese a todo ella era mi elegida. Con una flor ella hubiera sido mi reina y con dos la ofendida; no podía calificarla junto a las otras ya que ello siempre hubiera supuesto una categorización a la baja. Me escudriñó con su mirada galante y me respondió “ Never mind”.

Pero las cosas importan. Todas las cosas importan, y algunas, más que otras. Todo merece su espacio y su consideración, todo debe valorarse en su justa medida, porque luego las tasaciones deficientes pueden provocar pequeñas bolas de nieve que van creciendo hasta que son más grandes que uno mismo y ya no se puede parar.

Ahora no sé cómo parar la bola de nieve. Ha crecido tanto que tengo miedo de que pueda romper algo, y también tengo miedo porque ya no recuerdo muy bien qué hay dentro de ello, y si puede ser peligroso destrozarla en un acto heróico. Madalina se ha quedado durmiendo, abrazada a la almohada. Yo me he levantado a fumarme un cigarro y ver cómo se expande el humo por la habitación, pensando. La he mirado y he comprendido que quizás hubiera debido darle una flor, después de todo, tenía dos y tampoco hubiera importado mucho. Aunque este solo pensamiento me molesta un poco, porque significaría que me equivoqué y considero que todo este tiempo no ha sido una equivocación sino un periodo de aprendizaje experiencial. ¿A caso el agua y el aceite se pueden juntar? Yo pensé (iluso) que sí, y ahora fumándome este cigarro observo que no. Es pura lógica científica. Dos más dos suman cuatro, no cinco.

Madalina ha abierto un ojo y me mira como el cíclope a los argonautas, ensimismada. Comprende la situación e intenta esbozar una sonrisa que yo sé sólo tiene lágrimas dentro. Al fin y al cabo me ama, y aunque le duele no lo puede evitar. Yo tampoco quiero evitar que me ame, y le miro con la misma sonrisa tan perfectamente estudiada que su ejecución ya se ha convertido en un gesto natural que forma casi parte de mí mismo. Pobre Madalina. En el fondo la aprecio, de verdad ella también es consciente de mi aprecio por ella, aunque eso no le basta y yo sé que no es suficiente. Algún día, cuando volvamos los dos la mirada a este tiempo valoraremos de forma diferente este mismo momento que ahora estamos viviendo; ella quizás como algo que pudo ser y no fue, yo como una consecuencia lógica de mi devenir histórico. El cíclope a cerrado el ojo a la espera de su ya pronta herida crucial.

Apago el cigarro muerto. Miro la ventana. Fuera luce un precioso cielo azul que me anuncia la pronta primavera. Pienso que en mi lejano hogar las flores están a punto de nacer, que su semilla ya está germinando. En el florero dos hermosas flores púrpuras comienzan a marchitarse. Indicio premonitorio de un amor casi caduco. Me vuelvo a meter a la cama y la abrazo. Ella también me abraza pero con más fuerza, como si con su abrazo me diera su alma en posesión. La miro y cierro los ojos pensando que ya no está. Ella me sigue mirando, lo sé, aunque ya sin su sonrisa, y pienso, y me pregunto, por qué, señor, me duele tanto no querer.

domingo, 16 de noviembre de 2014

citas célebres (177)

Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza.
Anónimo

La fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo.
Jean Luc Goddard Director de cine suizo.

La mejor crítica es la que no responde a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio.
Fernando Sánchez Dragó (1936-?) Escritor español.