jueves, 13 de marzo de 2014

poesía nº 75



Ciñose de luto la caja,
también de luto una estrella,
y fueron bajando poco
a poco lentos tras ella.
Bajaron lentos las calles
llorando todos al muerto,
bañaban la larga vía
en honor al cuerpo yerto.
El cielo se encapotaba.
Apresuróse el cortejo
detrás del ataúd, camino
del cementerio viejo.
Envueltos en la lluvia
llegaron al camposanto,
mezclándose en la tierra
la lluvia, el polvo, y el llanto.
La noche llegó en silencio;
se fue la última persona
pensando que, como siempre,
la muerte nunca perdona.
Allí se quedó, tan solo,
tan vacío, tan eterno,
tan frío, tan solitario
en su interminable invierno.
Tal vez, alguien lea en la lápida
su epitafio ya borrado;
que al final, todo muerto,
siempre acaba olvidado.

citas célebres (17)




El que no es sabio es necio, y entre los necios no hay diferencias.
Almudena Grandes (1960- ) Escritora española.

Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.

Más vale una paz relativa que una guerra ganada.
María Teresa I de Austria (1717-1780) Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.

En una revolución, como en una novela, la parte más difícil de inventar es el final.
Alexis Tocqueville (1805-1859) Político e historiador francés.

Vive dentro de ti mismo y verás cuán corta es tu riqueza.
Aulo Persio (34-62) Poeta satírico latino.

citas célebres (16)



Es un error grave mirar al pasado con los ojos del presente.
Arturo Pérez-Reverte (1951-?) escritor y periodista español.

Saber es poder.
Auguste Comte (1798-1857) Filósofo francés.

Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia.
Ernesto 'Che' Guevara (1928-1967) Revolucionario argentino.

Seguramente existen muchas razones para los divorcios, pero la principal es y será la boda.
Jerry Lewis (1926-?) Actor cómico estadounidense.

No seréis nunca frailes si primero no sois monaguillos.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.

poesía nº 246



Las cosas que nunca te dije
fueron mi puñal envenenado,
penumbras que crecieron omnímodas
dentro de mí y que me ahogaron
con su vacío,
con tu vacío helado.
Las cosas que nunca te dije
me dijeron
las palabras del mensaje abandonado,
aquellos que tanto amé,
aquellos que jamás cicatrizaron
porque el dolor,
aunque se acabó,
dejó el fuego sin apagarlo.
-¿Cuándo me dirás tu último aliento?
-¿Quién enterrará la voz?
-¿Cuánto cuesta soñar
Con un sueño imaginario?
-Lo que vale un sueño,
un sueño que no volverá a ser soñado.
Las cosas que nunca te dije
me recuerdan por qué nunca te las dije,
por qué nunca las he pronunciado.
Y es eso, precisamente,
lo que me queda todavía,
el no haberte dicho nunca
que no te dije todo lo que hube pensado.