miércoles, 18 de noviembre de 2015

poesía nº 83

Luces de bohemia doran soledad,
oprimo, ¡Sabe Dios! cual de tus tetas,
cabezas, dedos, orejas, y escruto
impasible a los ángeles de seda.
Tiñe la campana sonoras tristes
en la campiña, en la campaña, en telas
pintadas de acuarela roja y grana.
Cuenta pinceladas, narra sus venas,
enumera sus versos, largos lentos,
¿Suman más de tres? ¡Quién sabe!... cuarenta...
de roja y grana viste el cielo viejo
antes de que la noche pronta venga...
y se lleve la marea lozana
a tierras vírgenes, de oro vetas
luciendo su vestido engalanadas.
¡Cuánta estrella! Dime ¿Lloras o besas?
Ni lo uno ni lo otro. Sueño sueños
de alguna otra hermosa vida altanera.
¿Y de qué color son, si acaso rojas
o granas... ¡Quién sabe! tal vez violetas?
¡No! Verdes como la pradera vasta.
¡Cuánta estrella! Dime ¿Lloras o besas?
Ni lo uno ni lo otro. Sueño soñar...
sueños a tu lado mi vida entera.

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